Llevo casi dos semanas poniendo aquí cosas de Milán, pero el hecho es que estuvimos allí menos de un día. Así que vamos con el descabello: lo último que vimos, deprisa, casi sin pararnos, porque no teníamos mucho tiempo y hacía un calor de muerte fue el Castillo Sforzesco, la gran fortaleza de Milán:
Casi ni tengo fotos. Sólo de un detalle de la decoración alrededor de una puerta:
Sí que vimos la Sala delle Asse, pintada por Leonardo, pero aquello era un batiburrillo agobiante: lo intentaban recrear en su prístino estado con un audivisual molón, pero tampoco parecía que aquello hubiera sido interesante, caso de haberse conservado bien; era un lío de ramas, demasiadas, un caos que parece como que no supo resolver. Luego lo taparon, siglos después lo destaparon y ahora ves una especie de sombras y ramas y caos. Mejor pongo una foto de la wikipedia y veis vosotros el mejunje:
Por lo demás, ya sabíamos que no íbamos a ver la Última Cena, porque hay que pedir reserva con meses de antelación (mirad, mirad, ahora ya está ocupado todo hasta noviembre) y estaba todo reservado de todas maneras tres meses antes. Yo me resarcí viendo Cenacolos en Florencia a esgalla, y mucho mejores que los de Leonardo y sin colas. Lo de Leonardo está rodeado de todo un mundo de tontería y moda que agobia.
Allí se quedó también la Pietà Rondanini, de Miguel Ángel, que nos teníamos que ir a Mantua.
Casi ni tengo fotos. Sólo de un detalle de la decoración alrededor de una puerta:
Sí que vimos la Sala delle Asse, pintada por Leonardo, pero aquello era un batiburrillo agobiante: lo intentaban recrear en su prístino estado con un audivisual molón, pero tampoco parecía que aquello hubiera sido interesante, caso de haberse conservado bien; era un lío de ramas, demasiadas, un caos que parece como que no supo resolver. Luego lo taparon, siglos después lo destaparon y ahora ves una especie de sombras y ramas y caos. Mejor pongo una foto de la wikipedia y veis vosotros el mejunje:
Por lo demás, ya sabíamos que no íbamos a ver la Última Cena, porque hay que pedir reserva con meses de antelación (mirad, mirad, ahora ya está ocupado todo hasta noviembre) y estaba todo reservado de todas maneras tres meses antes. Yo me resarcí viendo Cenacolos en Florencia a esgalla, y mucho mejores que los de Leonardo y sin colas. Lo de Leonardo está rodeado de todo un mundo de tontería y moda que agobia.
Allí se quedó también la Pietà Rondanini, de Miguel Ángel, que nos teníamos que ir a Mantua.
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