Ya conté que disfruté como un tonto de otra película de Eugène Green, El puente de las artes. El hijo de José es lo mismo en criterios estéticos: arcaísmo buscado y el objetivo de evitar a toda costa la naturalidad, para lo cual se fuerza una pronunciación arcaica y la actuación de los personajes es muy teatral, buscadamente teatral. De ahí sale un humor bastante raro, pero que a mí me hizo mucha gracia. Hay montones de referencias cultas o cultistas más bien (y humor muy pedante asociado a eso, que también me cayó en gracia).
Seriedad de fondo, creo, aunque escondiéndose en un marco muy postmoderno: la falta del padre es dolorosamente real aquí, por mucho que la retuerza y la refleje en miles de referentes serios y paródicos.
Muy buena crítica de Jordi Costa, en El País.
El director es muy especial. Hay una buena introducción en la wikipedia.
En una entrevista que le hacen, se ve muy bien lo que son las claves de la película.
Seriedad de fondo, creo, aunque escondiéndose en un marco muy postmoderno: la falta del padre es dolorosamente real aquí, por mucho que la retuerza y la refleje en miles de referentes serios y paródicos.
Muy buena crítica de Jordi Costa, en El País.
El director es muy especial. Hay una buena introducción en la wikipedia.
En una entrevista que le hacen, se ve muy bien lo que son las claves de la película.
Su última película En attendant les barbares es especialmente teatralizada. Un tipo muy interesante.
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