miércoles, 5 de septiembre de 2018

El tren de las 15:17 a París



Me gustó mucho y también me interesó un montón esta película. Había visto críticas muy negativas, sorprendentes, porque el director es Clint Eastwood y yo no recuerdo haber visto una película suya que no me haya gustado, y mucha vez mucho y aun muchísimo. y como a mí, a todo el mundo.

Es una película que «re-crea» el atentado en un tren camino de Paris en el que tres americanos intervinieron, pero lo hace cogiendo a los tres y poniéndolos de actores de sí mismos, como el colmo de la «realización» de la ficción.

Yo saco dos conclusiones que me retratan:

1. La autoridad a mí me sirve. Si me entero de que una película es de Clint Eastwood, hago por verla entera. De esta salí muy contento: me gustó mucho. No sé si habría sido lo mismo con otro director. yo le doy a él un plus de confianza, eso sin duda.

2. Mi problema con la ficción en estos últimos años se ilumina con una película como esta, una ficción que no está «basada en hechos reales» sino que pretende ser la reproducción filmada de hechos reales con los mismos protagonistas de lo que ocurrió, convertidos en actores de sí mismos. Quiero decir que muchas películas, sobre todo si están «basadas en hechos reales» dejan de interesarme casi al principio, por no hablar de las que «transmiten valores», que me suelen echar de la película, por su buenismo, a los pocos minutos.
Aquí salen unos tíos normales, que tienen una vida no muy digna de ser contada (y por eso en la película no hay cosas llamativas que nos arrastren emotivamente), que van de marcha, que tienen problemas en los estudios, que no acaban de ser especialmente buenos (tampoco malos, muy al contrario), que son gente que quiere hacer las cosas bien, pero que le salen o no.

La apuesta de Clint Eastwood es ahí arriesgada: mostrarnos que hicieron un acto heroico, poner en bandeja su vida por los demás. Y que salen con bien también por cómo se han ido preparando en la vida. La apuesta por mostrar la Providencia en acción también es un riesgo que Eastwood asume: le basta con contar lo que pasó. Lo había hecho en otras películas: aquí no tiene que recurrir a la ficción, le basta la realidad.

Dicho lo cual, me parece muy comprensible que a alguien no le guste esta película, incluso que no le guste nada. La realidad no tiene por qué ser más divertida que una reconstrucción ficticia. Es una película de «como poca cosa». Pero eso es lo que me gusta ahora, no que me reconforten con mentiras fingidas sino que me muestren la posibilidad real del bien.

6 comentarios:

  1. A mi también me gusto mucho.Para mi El francotirador,Sully y 15:17 a Paris forman una trilogía de películas de Clin Eastwood basadas en hechos reales impresionante.

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    1. Las tres son muy buenas. En todas está la cuestión del que hace el bien cargando con la responsabilidad de los demás.

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  2. Pues yo, que era de la opinión de "vaya historia más sosa, y vaya forma más sosa de contarla" (también es que la vi de noche en el avión de vuelta de Sudáfrica, que no es lo mejor para meterse en situación); ahora con tu crítica pues ya me gusta un poco más, o la entiendo de otra manera. Así que gracias.

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    1. Eso es lo que me preguntaba yo: contar lo que pasó contándolo como pasó es un riesgo. Me alegra que veas la película de otro modo ahora. Yo soy cada vez más partidario de un modo no «espectacular» de contar en el cine.

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  3. A mí como a ti las películas que se justifican solo porque "transmiten valores" me sacan un poquito de quicio.

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    1. Yo no puedo con ellas. Se piensan que a base de buenas intenciones harán bueno lo que no lo es.

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