En los últimos meses he ido leyendo Breviario de saberes inútiles, recopilación de artículos de Simón Leys Lo había visto muy recomendado (hace poco aquí) y no es para menos, porque es un libro grandioso en conjunto y en todos y cada uno de sus artículos. Es un grandísimo libro.
La primera parte la dedica a la literatura occidental, sobre todo francesa (con uno muy largo sobre Gide que me interesó mucho y que me libra ya para siempre de la preocupación de leerlo), pero también tiene un artículo muy bueno sobre Waugh.
Hay un intercambio epistolar con Hitchens a propósito de la Madre Teresa que es revelador de los prejuicios increíbles de Hitchens (y de todos los que han preferido seguirle, por ejemplo Daniel Gascón, supuesto intelectual que es capaz de hacer una reseña elogiosa de este libro y luego utilizar los sofismas de Hitchens, refutados por Leys, sin crítica alguna en un artículo repugnante).
Ahora tengo más frescos los artículos sobre China, que son excepcionales. Habla de literatura china clásica, de la caligrafía y de la política actual. Lo que cuenta de Mao y el maoísmo es escalofriante, claro. De ahí es este párrafo:
Al final del libro hay varios estudios sobre la literatura del mar y son una maravilla, y mira que yo de eso no sé nada. El colofón son dos artículos breves sobre la Universidad, muy atinados.
La primera parte la dedica a la literatura occidental, sobre todo francesa (con uno muy largo sobre Gide que me interesó mucho y que me libra ya para siempre de la preocupación de leerlo), pero también tiene un artículo muy bueno sobre Waugh.
Hay un intercambio epistolar con Hitchens a propósito de la Madre Teresa que es revelador de los prejuicios increíbles de Hitchens (y de todos los que han preferido seguirle, por ejemplo Daniel Gascón, supuesto intelectual que es capaz de hacer una reseña elogiosa de este libro y luego utilizar los sofismas de Hitchens, refutados por Leys, sin crítica alguna en un artículo repugnante).
Ahora tengo más frescos los artículos sobre China, que son excepcionales. Habla de literatura china clásica, de la caligrafía y de la política actual. Lo que cuenta de Mao y el maoísmo es escalofriante, claro. De ahí es este párrafo:
En una época de colapso social y económico, hace falta muy poca gente (menos del 0,01% en el caso chino) para lanzar llamamientos emotivos, para agitar la indignación del pueblo contra autoridades corruptas y brutales, para movilizar la generosidad y el idealismo de los jóvenes, para reclutar el apoyo de miles de estudiantes, y finalmente presentar su pequeño movimiento comunista como la reencarnación de la voluntad de toda la nación (443).Es eso tan terrible de la maldad de unos pocos que se impone. En un contexto parecido, aplicado al comunismo en Europa, recoge una cita de un polaco, Kazimierz Brandys:
La historia contemporánea nos enseña que lo único que hace falta es un individuo mentalmente enfermo, dos ideologías y trescientos matones asesinos para tomar el poder y silenciar a millones de personas (461).A mí esto me da escalofríos, pero debo de ser solamente yo, porque lo que veo es a la gente encantada con los cachorros que tienen por referentes a criminales como aquellos.
Al final del libro hay varios estudios sobre la literatura del mar y son una maravilla, y mira que yo de eso no sé nada. El colofón son dos artículos breves sobre la Universidad, muy atinados.
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