lunes, 25 de junio de 2018

El viaje a Burgos 5

A comer fuimos a Oña. Yo pedí alubias pintas. Estaban muy buenas y el chorizo (de Contreras, de Prádanos de Bureba, nos dijeron) estaba de muerte. Luego dimos un paseo alrededor del antiguo Monasterio de san Salvador, en tiempos seminario de los jesuitas y después psiquiátrico. Últimamente pasó por allí una escuela-taller que lo ha embadurnado de lo que deben de considerar arte. Arte degenerado, ahí si que le viene bien el nombre. Si lo hubieran hecho los pobres del psiquiátrico, me conmovería. Pero se supone que no están locos los que han hecho esas mamarrachadas.

No pudimos ver la iglesia, no eran horas a las tres de la tarde. Nos fuimos a Tobalina del Agua:



Lo mismo, pero desde arriba:


Daba igual donde fuéramos, porque estaba el campo y el día tan bonito que era una delicia. Llegamos a Frías y nos paramos en el puente medieval. Al fondo se recortaba el pueblo, muy fotogénico:


Pero nos la saltamos, que ya conocíamos, y nos fuimos a Tobera, un pueblo cruzado por un río que forma cascadas. Arriba, una ermita:




No hice fotos, pero he encontrado este blog que las tiene de todo lo que vimos.

Habíamos pensado pasar por Pancorbo pero nos pilló el toro y nos tuvimos que volver a Burgos siguiendo la carretera arriba. Cruzamos la sierra que separa el valle de Tobalina y nos encontramos una vista increíble de toda la Bureba. Le quise hacer una foto pero me había quedado sin batería: la llanura colosal era un tapiz de variedades de verde suave (el sol brillaba con fuerza).

1 comentario:

  1. Estuvimos en Oña cuando Las Edades del Hombre. Durante ese viaje también estuvimos en Poza de la Sal y dormimos en un pueblo muy pequeño del que no recuerdo el nombre, pero sí que la norma fue la tranquilidad y el silencio. Y que por Briones escuchábamos una sinfonía de Mahler. Hace muchos años creo que nos perdimos por el Valle de Pas y acabamos muchos kilómetros después con el 127 en Oña. O en Villarcayo, que igual lo confundo. Recuerdo que era Viernes Santo y la gente iba mudada, cosa que ya casi no se veía por aquí. Y todavía más tiempo atrás lleve una furgoneta Mercedes grande cargada de músicos e instrumentos desde algún pueblo cerca de San Sebastián de Garabandal hasta algún pueblo de la Bureba. Eran otros tiempos y todo aquello, entonces para mí, era el fin del mundo. ¿Has leído el libro de Sergio del Molino sobre la despoblación en España? La España vacía, creo recordar que se llama.

    Un abrazo

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