Ayer por la tarde fui a la iglesia de la Universidad, a oír la Cantata del Café de Bach:
Yo no había caído en la línea "Talía Teatro" y ese fue mi castigo. Había pensado -iluso de mí- que sería una Cantata y resultó ser una obra de teatro "didáctico" con una cantata de Bach añadida.
Yo estaba excitado, sentado en la tercera fila, esperando emocionado media hora de una cantata profana de Bach. Salieron los músicos, tocaron una pieza introductoria y luego un personaje se puso a hablar y lo que creí yo introducción se convirtió en un monólogo insufrible sobre los orígenes del café, con la típica historieta etiológica sobre un pastor etíope y sus cabras que se comen frutos de la planta del café y los problemas de él para dormir luego y todo verboso, cansino y supuestamente gracioso.
Yo no había caído en la línea "Talía Teatro" y ese fue mi castigo. Había pensado -iluso de mí- que sería una Cantata y resultó ser una obra de teatro "didáctico" con una cantata de Bach añadida.
Yo estaba excitado, sentado en la tercera fila, esperando emocionado media hora de una cantata profana de Bach. Salieron los músicos, tocaron una pieza introductoria y luego un personaje se puso a hablar y lo que creí yo introducción se convirtió en un monólogo insufrible sobre los orígenes del café, con la típica historieta etiológica sobre un pastor etíope y sus cabras que se comen frutos de la planta del café y los problemas de él para dormir luego y todo verboso, cansino y supuestamente gracioso.
Yo miraba a todas partes, al retablo de san Ignacio, al de san Francisco Javier, al central y al techo. Y aquello no acababa. El monologuista, que entre medias nos contó que querían haber hecho la obra en el Casino y no había podido, nos explicó que el café era expresión de poder. Nos contó que una mujer turca se podía divorciar en el siglo XV si su marido no le da café cada día y que en Egipto hubo un conflicto de poder entre las autoridades religiosas y civiles (que Rémi Brague esté partiéndose los cuernos para explicar que en el Islam la Ley es religiosa y civil a la vez, para esto) y que la Iglesia Católica quiso prohibir el café pero que un papa (no recuerdo cuál) lo aguó y entonces ya sí que estuvo permitido.
Llevábamos ya un cuarto de hora con la broma pesada y salió una chica con bigote haciendo de burgués compostelano en 1873 y se pusieron a discutir por qué las mujeres no iban a los cafés en el siglo XIX. Hubo un diálogo de vergüenza ajena sobre la idea de que las mujeres eran consideradas tontas y ahí es cuando me harté, me levanté y dando el cante (problemas de estar en la tercera fila) me fui. Me quedé sin Cantata. Menos mal que tenemos youtube:
Al menos me dio para ver el golazo de Modric y sentir un poco de Schadenfreude.
jajaja. A ver cuándo se les cae el tinglado de mentiras a todos estos, igual que ayer quedó patente una vez más la mentira del "mejor jugador de todos los tiempos". Bah, no cejarán ni unos ni otros.
ResponderEliminar¡Menos mal! ¡¡Qué belleza!!
ResponderEliminarReconoce que te pillaron, a pesar de tu experiencia. A mí también me ha pasado.
ResponderEliminarUn abrazo