Voy por la mitad de Epistolario. Selección de cartas, la antología que ha preparado Fidel Villegas a partir del Epistolario completo, pero no quería dejar pasar el día de la fiesta de san Juan de Ávila sin celebrarlo aquí como corresponde.
Os recomiendo este libro vivamente. Lo único -no es poco- que ha hecho el editor es seleccionar cartas, regularizar la ortografía y poner las mínimas notas necesarias. Leídas sus cartas así, nada se interpone entre san Juan de Ávila y nosotros. Es mi ideal de lectura ahora mismo. No hay que estar pendiente de inconsistencias de puntuación o divergencias de bes y uves puestas a voleo. Lo estoy disfrutando una barbaridad y me está ayudando mucho, como siempre que leo a san Juan de Ávila. Cuando hay algún término que ha quedado obsoleto, lo explica en una nota. Un ejemplo muy bonito:
San Antonio se quejó a nuestro Señor porque en el tiempo de la batalla no le veía, y el Señor le respondió que allí estaba, mirando cómo peleaba para hacerle reinar.En nota, recoge, del Diccionario de autoridades, el término «carretilla»: cierto instrumento de madera de tres pies con ruedas en ellos, que se hace para poner delante a los niños: al cual se agarran por un palo que tiene atravesado y estribando en él caminan seguros, con el cual se enseñan a andar
¿Pensaba vuestra reverencia que nunca había de andar solo, sin carretilla y sin que nadie le llevara de la mano? ¿Cómo, si no, Padre, habría de aprender a andar? ¿Siempre habría de comer manjar de niños, papitas y leche?
No hay comentarios:
Publicar un comentario