Jóvenes artistas 2018

Me he pasado literalmente meses sin entrar a la exposición del premio Auditorio 2018 para Jóvenes Artistas. Desde finales de octubre en concreto, todos los días, hasta cuatro veces al día pasaba al lado y no me arrancaba a entrar. Este domingo acababa y tras cinco meses de negarme, encontré un hueco el miércoles pasado.

El primer premio, 6000 euros de mis impuestos, lo noté antes de verlo. Era un ruido horrísono que percutía desde el fondo de la sala. Resultó ser una especie de vejiga gigante con palos ensartados. Una máquina -ya digo que hacía mucho ruido- inflaba el artilugio y el aire salía por los palos huecos.

Es decir, una gaita gigante sonando sin parar, de un tal Berio Molina (38 años, el "Joven Artista"):







[Las fotos, de la web del artista]

La obra se llama -me parto- «Escapes». Pero dejémosle la palabra al artista:

Escapes es una composición sonora que explora la capacidad de los objetos de huir (parafraseando a Alberto Ruiz de Samaniego) «de las determinaciones comunes. Desbloquear y desocultar relaciones tópicas en las que operan siempre los poderes de lo cotidiano o de lo normativo o de lo normalizado». A través de una distorsión formal se produce una rendención [sic] objetual que expande el objeto y lo libera de sus cargas sociales, simbólicas y significativas. Convertir un fuelle en un instrumento de fuga. Abrir canales por las que desborde el aire.

Mirad qué horrísono ruido: