lunes, 29 de enero de 2018

Un cielo muy grande

Volví a ir a Burgos, esta vez para el entierro de mi tía Pili, que llevaba ya mucho tiempo muy mala. La enterraron en la Bureba, en su pueblo, un pueblo normal de Castilla pero con un cielo azul enorme y los montes nevados por todos los lados donde mirábamos, con frío pero con sol. La enterraron en la tierra, algo que no veo en Galicia, donde reina el nicho. Mientras cubrían el féretro de paladas de tierra (ese ruido seco que retumba), tres o cuatro hombres cantaron con el cura un salmo en latín: fue una escena recia.

A la ida y a la vuelta la meteorología se estuvo riendo en la cara de los carteles miedosos de la DGT, que amenazaban con previsiones de nevadas: fui pasando con deleite los paisajes como de fondo del mar de los montes de Lugo entre Becerreá y Piedrafita (los árboles sin hojas como formaciones de corales - tengo fresco el maravilloso capítulo de Planeta Azul dedicado a las profundidades), el Bierzo y sus viñedos, la comarca de Órbigo, Astorga con el Teleno nevado al fondo, la maravilla de la tierra de Campos a partir de Sahagún: un tapiz verde fino con el fondo de más montes nevados. Un cielo azul enorme y unas nubes majestuosas entrando en Burgos.
Ayer volvía a pensar, volviendo, que siempre hablo en estos viajes del paisaje, de la música que oigo en el camino y del parchís.

-Parchís: salí invicto: dos victorias consecutivas a mi madre y a Eva. Por parejas, mi madre y yo les infligimos una derrota sin paliativos a mis hermanas.

-Música y similares:
En directo, La hora de Bach, con una cantata muy bonita, la 107.
Un podcast de El jardín de Voltaire: ponían textos de Diderot que me dejaron frío (todos los enciclopedistas me caen mal), pero pusieron música muy bonita de Philidor (que no me sonaba de nada) y de Rameau, el salmo In convertendo, una maravilla.
Un concierto en directo de música contemporánea. Me gustaron Telephone Book de Michael Torke y Difficult Bamboo de Mason Bates, dos cosas minimalistas yanquis que además me dan pinta de enteradillo, sin serlo.

A la vuelta, un podcast sobre el culto de Mitra de In our time. Excelente, como siempre.
La hora Rockdelux de enero, que ya son tan surrealistas que son hasta graciosos. Me gustó mucho esta vez una canción de Matt Demarco y me sorprendió Ariel Pink.

6 comentarios:

  1. Me esperan, de Zaragoza a Lérida, ahora mismo, la nacional 2 por los Monegros, poco comparado contigo.

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    1. Me gustaría mucho pasar por los Monegros, especialmente esta época del año.

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  2. ¡Cómo me gustan los paisajes de tus viajes! Ojalá salieses más, aunque lamento el motivo detrás de este. Es verdad que en Galicia no he visto nunca un "en-tierro", ni siquiera cuando no son en nichos: en nuestra sepultura en la aldea están ahora mis abuelos, pero los féretros están al aire, como en el fondo de un pozo, uno sobre otro y con un cartón entre los dos... ¿qué esperarte de un cementerio donde casi solo hay flores de plástico de los chinos, y de las peores?

    PD. ¿Tú, alabando un documental "de peces"? Mucho ve quien mucho vive...

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    1. A mí me gustan también mucho los paisajes que tú cuentas, especialmente los del tren entre Madrid y Galicia. Y ahora todos los de allá abajo.
      Me empezaron a gustar los documentales con aquellas sesiones de La vida secreta de las plantas y de los animales. Me han gustado un montón Planet Earth (I y II) y Blue Planet. pero no tiene mucho mérito: son excepcionales. El de las profundidades del mar fue excepcional.

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  3. Me encantan las entradas de tus viajes a Burgos. Opino como Antón Pérez, tienes que ir más a menudo. Eso sí, por motivos felices siempre.

    Un abrazo

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    1. Muchas gracias, Juan. Yo no contaba con moverme en varios meses, así que este viaje lo disfruté mucho, a pesar del motivo.

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