El último día en Oxford, vi que había Vísperas en la ahora Christ Church Cathedral, antes santuario de santa Frideswide, patrona de Oxford a la que Enrique VIII y sus amigos tiraron por ahí (vamos, tiraron sus reliquias, que ella estaba tan contenta en el cielo: el problema fue para ellos). Ahora han reconstruido la tumba, literalmente cenotafio (ceno = vacío / tafio = tumba) y dejan allí que se celebre la Misa católica: qué bien,
A los anglicanos les ha quedado casi sólo la música. Pero qué música. Cantaron el Nunc dimittis, dedicaron veinte minutos a cantar el salmo 78.
Eran 14 niños, de voces celestiales (y no me corto en decirlo así), y seis adultos. Ninguna niña. Yo me acordaba del intento que hay ahora en Santiago de revivir una Escolanía de la Catedral. Como no tienen criterio, o quizá es que estén atenazados por el igualitarismo, la han abierto a chicos y chicas. Resultado: un coro en un 99% de chicas adolescentes abúlicas o demasiado pequeñas y dos niños que están allí claramente porque les han obligado sus padres.
Pero oíd un ejemplo aquí para comparar. De llorar.
Estoy totalmente de acuerdo contigo: no hay color entre los coros oxionense y compostelano. Si hay una cosa que se le puede afear a nuestra santa Madre la Iglesia, es el destrozo hecho con los cantos litúrgicos, aunque a veces pienso que Dios, que es sumamente Justo, ya que nosotros los católicos tenemos la verdadera Fe, a la verdadera Iglesia de Cristo,a María por Madre, al Romano Pontífice, el tesoro inagotable del Magisterio, etc, al menos a ellos, nuestros hermanos separados y errados en la Fe, les ha permitido conservar una música excelsa en sus celebraciones.
ResponderEliminarYo sólo quisiera señalar que no es demasiado justo comparar un coro largamente consolidado, con muchísima historia detrás, y otro que está empezando, sin experiencia ni repertorio. La indulgencia (y la paciencia) son virtudes cristianas, recuerdo, y no poco recomendables.
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