Aquí pide «tiempos (o temperaturas) templados»:
a Dios que defendiesse toda la cristiandad---
diesse entre los pueblos pan e paz e verdad,
temporales temprados, amor e caridad (75b-d).
Aquí, hasta lo sub-terráneo llega:
Tú gobiernas las bestias por domar e domadas,---
das cebo a las aves, menudas e granadas,
por ti crían las mieses, fázeslas espigadas.
Tú cebas las lombrices que yacen soterradas (452).
Y la mejor de todas, esta en la que pide salud, tiempos buenos, pan y vino suficientes y ver su rostro:
Ruego, Señor e Padre, a Dios que nos dé paz,Yo, en vez de alegrarme de encontrar oraciones tan chulas como estas tres, me acuerdo de las que sufrimos ahora, llenas de «acoger» y de «desde», de lo tan tediosamente prolijas que se hacen, de que pidan a veces por cosas que entienden sólo quienes tengan un master en estudios internacionales, y malamente.
caridad verdadera, la que a ti mucho plaz,
salut e tiempos bonos, pan e vino asaz,
e que nos dé en cabo a veer la Su faz (772).
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