Salí de la Facultad, bajé las escaleras y me di por vez número un millón con la residencia del Burgo, pero con una luz especial de anochecida. El espacio central -una plaza dura- del interior del edificio, bien feo y ahora con un cuadrado de cristal instalado para poner una escalera suplementaria, era la simetría pura. Y le hice esta foto:
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