Cervantes en Argel, tras algunos años de cautiverio, consigue organizar junto con otros una evasión. Por la noche se encuentran todos en el muelle. El barco acordado está allí, listo para partir. Pero falta uno de ellos. Lo esperan. Pasa el tiempo. Deciden marcharse sin esperar al que se ha retrasado. Cervantes insiste: esperémosle, imaginaos su desesperación cuando llegue y vea el barco a lo lejos... Se quedan, se impacientan, llega por fin el que faltaba... Era el traidor. Los cogen a todos y los devuelven a la esclavitud.
Esta historia atroz, en la que Cervantes se nos aparece tan noble y en la que se demuestra que no fue casualidad que escribiera el Don Quijote. me la traen a la memoria, sin ninguna relación directa, las colas ante la comisaría.
martes, 1 de marzo de 2016
Cervantes
Este texto que fecha Steinhardt en 1958, dos años antes de ser detenido y encarcelado:
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