No voy a pretender que ya he conocido Lisboa: menos de dos días, y pasados entre una mañana de Congreso y dos largas visitas a museos, con los cuatro paseos y dos viajes en autobús necesarios para ir a esos lugares. Ya sé que eso no me dan derecho a hablar de Lisboa, ni siquiera a presumir de haber descubierto cosas que otros quizá no visteis, porque no os coincidió, aunque qué cosas más chulas he visto.
Primero, el vuelo. Hice esta foto en el aeropuerto de Santiago, porque me gustan mucho ese tipo de encuadres y me pongo a hacer fotos, a ver si una de ellas, de milagro, me sale bien. Y esta me gusta [la foto en grande]:
Iberia Express es peor que Ryanair. Han puesto un sistema de entrada al avión en grupos, una autentica bazofia, la idea quizá de un catedrático de ingeniería loco, o de un MBA en Bussiness o puede que un experimento con financiación europea para ver hasta qué grado es posible poner a prueba los nervios de los incautos que caemos en este tipo de viajes basura.
En el avión tocaba con las rodillas el asiento de delante, mientras leía en la revista de Iberia que van a poner unos asientos como de plástico en varios aviones, mientras se alegraban de lo poco que pesaban: yo a este paso, casi prefiero ir de pie. El tonto que me tocó al lado me obligó a ir todo el vuelo sentado de lado, mientras iba levantando el libro a medida que me tapaba con su p. periódico la luz inmarcesible que destella de la Teogonía de Hesíodo.
Pero todo lo malo en este mundo caduco acaba: con todo y con eso llegué a Lisboa.
A.T. cuenta un viaje a Lisboa con su familia en uno de sus diarios, tonchante. El jardín de la pólvora, creo que es. Si lo encuentras, no dejes de releerlo precisamente ahora.
ResponderEliminarEs verdad, lo tengo que volver a leer. Aunque primero «Seré duda», cuando lo tenga.
EliminarLas fotos no se ven
ResponderEliminarGracias por el aviso. Creo que han cambiado algo del programa. He utilizado otro sistema y ahora creo que sí que se ven.
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