A mí me deja perplejo de mí mismo mi afición a El País, que en realidad -hay que defenderse- es puramente negativa: es el único periódico que soporto. El Mundo me repugna, lo mismo que el ABC, por no hablar de esa parodia de El País a la galaica que pretende ser La Voz de Galicia, que consigue desquiciarme con sus noticias chorras en portada (hoy: «Franceses en Galicia: "Hay que seguir viviendo"» y «Un gallego fue portero de Bataclan durante siete años»). En cambio, estos días hasta le echo un vistazo a la edición de papel de El Correo Gallego, porque se han enfadado con nuestro alcalde-Podemos-exbuenrollito y están sacando pufos (y las posteriores pataletas del alcalde): milagros de la independencia económica resultado de una campaña de publicidad que el Ayuntamiento no les dio.
Como con El País, de los periódicos ingleses solo me interesa el Guardian y de los americanos, el New Yotk Times. Ya sé que es pretencioso decir algo así, pero es lo que me pasa, ay. Por supuesto que no leo a casi ninguno de los columnistas de ninguno de los tres periódicos y evito escrupulosamente los artículos que sé que me van a fastidiar, pero aún así.
A lo que venía todo esto es a que, en lo que algunos llaman The Hell's Bible, estoy siguiendo desde hace unas semanas a Ross Douthat, un grandísimo columnista. Yo vengo a recomendaros su artículo del sábado sobre la crisis de las universidades.
Y ya puestos, hace poco dio una conferencia (poco más de media hora) sobre la crisis del catolicismo conservador. Vedla. Si os interesan estas cuestiones: es excelente.
En mi iglesia todo el mundo comulga. Quizá la noción de pecado no sea la misma que teníamos hace setenta años. Sospecho que a todos nosotros nos parece más importante Mateo 25 que los desgarriates ( palabra mexicana) de los teólogos, turba gandula e inútil.
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