Hacen una entrevista al Vicario General del Opus Dei, don Mariano Fazio: me ha gustado un montón. Preguntas incisivas, respuestas interesantes, desde un punto de vista del católico que quiere situarse en qué es el Opus Dei, porque no acaba de pillarlo o porque no acaba de gustarle.
Ya en mayo le hicieron una en El País, que también era excelente.
La entrevista de El País titula con unas declaraciones del entrevistado: "La percepción de que el Opus es elitista es una visión burguesa". Bueno, todo depende de lo que se entienda por "elitista". Contaré una historia de la que soy testigo. Conozco a una persona que fue en su momento (principios de los años 70) un alumno especialmente brillante. El titular de la clase de religión le habló (lo sé por él mismo) a él, y sólo a él, del Opus y sus muchas bondades, y del sitio al que tenía que dirigirse para verlo funcionar en la práctica y sumarse a tan meritoria agrupación. No lo hizo, por consejo de su familia. Despertada así su curiosidad, supo luego de otros casos: al parecer, era práctica habitual entonces (no sé si lo sigue siendo) ese intento de captar (¡a los 14 años, que eran los que él tenía!) a los mejor dotados. ¿Elitismo? Bueno, eso va en gustos. Pero a uno no le parece la mejor forma de hacer las cosas.
ResponderEliminarLe preguntan en la entrevista sobre si la Obra es "elitista, que busca la cercanía del poder. O sea, el polo opuesto a esa Iglesia pobre y para los pobres que predica Francisco…"
EliminarÉl lo que explica que esa es una distinción muy propia de la mentalidad burguesa, que funciona con esos esquemas, pensando que los que conocen ellos es lo único que existe y el Opus Dei es una realidad mucho más compleja, también sociológicamente.
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El Opus Dei quiere llegar a ayudar a tendencialmente a todas las personas que pueda, pero no todo el mundo tiene por qué formar parte del Opus Dei. No es una élite de categoría superior a la que se acceda: es (en palabras de san Josemaría) una 'partecica' de la Iglesia formada por los llamados por vocación a recordar a los demás hombres la llamada universal a la santidad (algo que no es ninguna novedad desde el punto de vista del Evangelio, pero que en la práctica no estaba tan presente en la Iglesia como sería de desear). Seguramente a la persona que conoces el profesor de religión la vio con condiciones de apreciar mejor lo que era el Opus Dei y por eso le animó a conocerlo.
Es una interpretación, que no discutiré; pero también explicaba que supo luego que eso de dirigirse a alumnos especialmente destacados no había ocurrido sólo en su caso, sino que al parecer era (entonces, repito, no sé si ahora) práctica usual. Por lo demás, ¡catorce años! Yo no vería con gusto que a un hijo mío de esa edad, y en un internado, como fue el caso (es decir, lejos de su familia), se le hiciera una invitación así. Y no porque se trate del Opus; tampoco lo vería con gusto si fuese cualquier otra organización religiosa, católica o no, o política, por ejemplo.
ResponderEliminarA principios de los 70 tenía yo catorce años y me invitaron a un Club del Opus Dei. Yo era un desastre se mirase por donde se mirase. Solía dormirme en las clases de Geografía. En las de Historia me dedicaba a dibujar marcianos. En las de Matemáticas lloraba amargamente y, cuando llegaban las de Educación Física me escaqueaba para irme a fumar con otro como yo. Ese año suspendí todas las asignaturas menos una que se llamaba "Diseño". En aquel Club me llamaban "El hombre del pasillo" porque nunca me veían en el oratorio ni en la sala de estudio sino deambulando como alma en pena y huyendo de cualquier quehacer y de cualquier compromiso. Jamás tuve -ni he tenido jamás- prestigio como estudiante aunque era bueno -lo digo con orgullo- en unas maquinitas tragaperras que estaban de moda entonces y que podían encontrarse en cualquiera de los bares que frecuentaba. ¿Qué vieron en mí para invitarme al Club? No lo sé. ¿Cómo pude llegar a ser sacerdote? Eso sí lo sé. Gracias a esos amigos que me invitaron a un Club del Opus Dei. Espero no irme al infierno. Si me voy les echaré la culpa a ellos.
ResponderEliminarMe recuerda la primera vez que,con 14 años, fui a un centro de la Obra: estuve dos horas en una sala de estudio, en silencio, y me aburrí mucho, porque estaba acostumbrado a ir sacando las asignaturas sin muchas dificultades y estudiaba, cuando tenía que «chapar», con los 40 principales de fondo, sentado en un sillón.
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