Claramente, el refectorio. Es uno de los espacios más bonitos que he visto en mi vida:
La luz, esta vez por la tarde:
También, en otro palo, era muy bonita la sala de conversos (=legos), con unas columnas conmovedoramente sencillas y modillones como los de la iglesia, pero estos de verdad (creo):
En una zona de arriba han puesto la capilla de diario, donde estaba lo verdaderamente mejor de ese monasterio, la oración reposada, intensa y continua de los monjes allí:
La imagen de la Virgen y el Crucifijo eran una maravilla. Solo tengo una foto buena de la Virgen:
Pues eso, que fue una gran suerte pasar dos días en la hospedería del Monasterio de Santa María de Huerta. A mí me pillaba lejos, pero el hecho es que está en la misma carretera Barcelona-Madrid.
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