Resulta que se llamaban a sí mismos «misioneros». La Buena Nueva supongo que sería la ilustración que traía la República. Qué época emocionante debió de ser para los que se patearon aquellos pueblos, me imagino que con bastante esfuerzo y mucho cansancio. Sobre todo a ellos les debieron de ser útiles aquellas excursiones por la España más recóndita y más pobre.
De la exposición sobre Val de Omar (sus películas me parecieron puro artificio al servicio de la gritería - entiendo perfectamente que se haya puesto de moda), aparte de llenar -literalmente- una sala con sus cosas del estudios de grabación (un fetichismo estúpido), se salvaba una grabación de esos viajes que me gustó mucho:
Documental sobre el trabajo de las “Misiones pedagógicas”, organismo creado por el gobierno de la II República para recorrer los pueblos más humildes y abandonados acercando hasta ellos la cultura a través de los libros, el cine, el teatro y el arte. Muestra la llegada de los grupos de misioneros a varios pueblos y las actividades realizadas, entre ellas una proyección de cine en una sala improvisada. Más información: http://ivac.gva.es/restauraciones
A mi, sin embargo, la pretensión de educar al pueblo me parece desmedida. ¡Con lo difícil que es educar a otro!... por no hablar de uno mismo.
ResponderEliminarInteresante reflexión, que plantea una pregunta: ¿debe pues renunciarse a toda pretensión de educar, por desmedida, o sólo a la de que la educación sea pública, debiendo reservarse por tanto para individuos o grupos selectos a considerar?
ResponderEliminarY otra, ésta menor: dadas las condiciones en que se vivía en aquellos años en buena parte de la España "profunda" (no hay sino que recordar, como especialmente ilustrativo, el documental buñueliano sobre Las Hurdes), la tarea de las Misiones Pedagógicas, ¿estaba fuera de lugar, por inadecuada o por utópica?
Anónimo: A mi me parece muy bien que pongan un maestro en cada pueblo. Y si son dos, aún mejor. Pero las misiones pedagógicas... yo las veo como un pretencioso brindis al sol que tenían más de gesto publicitario que de efectividad pedagógica.
EliminarSí, a mí me resultó interesante preguntarme por la 'utilidad' de aquello. Supongo que se le puede hacer la misma crítica que a la "caridad" oficial: la de su utilidad. No es una crítica a la "educación pública", sino a la superficialidad que pudiera tener respecto a los supuestos destinatarios.
ResponderEliminarPor otro lado, ellos mismos forzaban los paralelismos con la evangelización.
Me he quedado con ganas de seguir informándome de lo que fueron, aparte de la aureola romántica que ha acabado teniendo.
Fueron dos cosas muy distintas con Bartolomé Cossío y con Jesús Hernández. Lo que no sabemos es en cuantos pueblos la gente aprendió a leer gracias a las misiones pedagógicas.
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