Volví a corregir exámenes. Aprobó casi todo el mundo. Un dato: el mismo número de suspensos que de dieces (#10#).
Un titular: Hay alumnos excelentes ahora. Pero excelentes-excelentes. Un buen grupo. Luego están los normales, la mayoría, como siempre. Y alguno que no llega: lo de siempre.
No quiero caer en la trampa de poner listas de errores para unos risas o para echarse las manos a la cabeza, pero el hecho es que la pregunta sobre compuestos de polys ('mucho', no confundir con polis 'ciudad') fue bien creativa: polídromo («lugar onde hay moitas carreiras»), polipótamo («muchos ríos») y sobre todo las explicaciones de polígono de cuatro personas diferentes: «-gonos, mercancías: 'multitud de mercancías'», «lugares onde converxen moitas fábricas, almacéns, etc.», «concentración de muchas cosas», «terreno ocupado por empresas». Yo lo que me pregunto es por qué no piensan primero en la figura geométrica, pero me resulta curioso ver cómo el peso de la educación está dejando de estar en la geometría, en beneficio de la 'realidad social cercana' - just sayin'.
También la de los compuestos en potamós tuvo respuestas curiosas: además de varios que pusieron potable (es MAL), hubo potingue, polivisual, potamografía (aparece en diccionarios de portugués), hipopótamo (bien, pero mal la explicación: «por debaixo do río». Es hippo- 'caballo', no hypó 'debajo').
Faltas de ortografía, muy pocas. Una persona puso dos de esas que hacen sangrar los ojos: concevir, horáculo. Era curioso ver varias veces 'inchado', pero es normal: en gallego se escribe así (los filólogos gallegos buscan cualquier oportunidad de acudir a la etimología para distinguir palabras del castellano, aunque sea en la ortografía)
aaargh, horáculo
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