Situado después del trío de defensores del status quo pederástico, el de Aristófanes es quizá el discurso favorito de la modernidad. Apunta Luis Gil que seguramente sus contemporáneos lo vieron como otra ocurrencia graciosa y estrafalaria, con sus puntos de verdad, por qué no, de aquel cascarrabias conservador que al final acaba reafirmando lo que ya hay. Al menos pone el amor hombre / mujer en pie de igualdad con los otros tipos.
Su intervención tiene el morbo además de que había criticado duramente a Sócrates en Las nubes, como sofista y portador de novedades peligrosas. Muchos piensan que su ataque de hipo, además de su valor estratégico para situar su discurso en el grupo final, con los poetas, es una venganza y una broma de Platón. Rosen explica que el estornudo que le quita el hipo es soltar aire, remedio contrario al de tragar aire en el hipo y que sirve de ataque en broma al médico Erixímaco, que alababa la armonía de contrarios.
Lo que hace Aristófanes es contar un relato original suyo, que, como explica Dover, tiene forma de cuento tradicional, con un 'érase una vez', argumento esquemático, moraleja y deseo final de algo mejor tanto para el narrador como para el auditorio. A la vez, está muy cerca de los argumentos fantasiosos y más o menos utópico/distópicos de sus comedias: los humanos eran antes seres dobles, formados de dos cuerpos actuales (había tres posibilidades: varón+varón, varón+mujer, mujer+mujer). Andaban y corrían en todas las direcciones y podían ir rodando: eran esféricos.
Eran arrogantes y amenazaban a los dioses (para Rosen, su hybris es la de los pederastas: el deseo de establecer su ley sobre los dioses): Zeus los dividió por la mitad. Apolo, a las mitades que quedaron, les arregló la piel, haciendo un nudo en el ombligo y dejando unas arrugas para que cuando las vieran recordaran su situación previa.
El hecho es que, así partidos, las dos mitades se abrazaban y morían de inanición así abrazados. Zeus decidió mover los genitales, que estaban detrás, adelante, por lo que la unión ya fue fructífera en el caso de los andróginos y en los otros casos al menos la relación sexual calmaba ese afán de unión y así podían dedicarse a cosas productivas, con lo que las personas en relaciones pederásticas son las que dirigen la sociedad y las relaciones heterosexuales son para la masa. Los seres dobles esféricos tenían un tipo de reproducción que consistía en dejar la semilla en el suelo como las cigarras (o los saltamontes, que no lo tienen claro los estudiosos).
Existe todavía el peligro de que esos seres demediados lleguen a ser divididos otra vez por la mitad (iríamos a la pata coja en nuestra única pata) o la posibilidad –si nos comportamos bien- de volver a estar unidos completamente y para siempre en ese ser doble originario que éramos.
Ahí pone esta impresionante definición (191d): «desde hace tanto tiempo, pues, es el amor de unos a otros innato en los hombres y aglutinador de la antigua naturaleza, y trata de hacer un solo individuo de dos y curar la naturaleza humana. Cada uno de nosotros es, por tanto, una contraseña de hombre...» (ἔστι δὴ οὖν ἐκ τόσου ὁ ἔρως ἔμφυτος ἀλλήλων τοῖς ἀνθρώποις καὶ τῆς ἀρχαίας φύσεως συναγωγεὺς καὶ ἐπιχειρῶν ποιῆσαι ἓν ἐκ δυοῖν καὶ ἰάσασθαι τὴν φύσιν τὴν ἀνθρωπίνην. ἕκαστος οὖν ἡμῶν ἐστιν ἀνθρώπου σύμβολον…).
De aquí viene todo lo de la media naranja, las frases de las películas de "he/she is the one", lo de "x me completa". Nos parece a nosotros mejor ahora el discurso de Aristófanes o porque de hecho ha influido la visión moderna del amor o porque lo vemos como profético de lo que ahora nos parece.
Para Reale lo que está en el trasfondo de todo esto es que eros es «el hacer de dos, uno y el intento de curar de este modo, o sea, en función del uno, la escisión diádica de la naturaleza humana» (115-6). Eros es así nostalgia del uno, es buscar la unidad originaria, en lo que ve las doctrinas no escritas de la Unidad y la Dualidad. Pero lo que se busca en el otro no es el placer, ni estar juntos, sino algo que adivina y expresa enigmáticamente (192c-d ἄλλο τι βουλομένη ἑκατέρου ἡ ψυχὴ δήλη ἐστίν, ὃ οὐ δύναται εἰπεῖν, ἀλλὰ μαντεύεται ὃ βούλεται, καὶ αἰνίττεται). Reale piensa que aquí se apunta a otra unidad, no la de los dos amantes en uno, sino al uno trascendente, el bien en sí (refutación de Diotima en esta línea en 205e – 206a).
Por su parte Leo Strauss se centra en los aspectos políticos: según eso, Eros es el dios más grande, pero para la humanidad (no como Fedro, para el amado) y además no es que tenga que ver con la medicina (como decía Erixímaco), sino que es médico. Esos seres circulares originarios serían como los dioses cosmológicos, seres sin eros. Ser partidos en dos los vuelve civilizados y Zeus es el monarca que astutamente gana con la operación: más personas y más débiles. El eros sería el intento de volver a la situación previa, pero dentro del nuevo marco establecido por Zeus.
Eros es posible sin Afrodita, no tiene relación con los dioses olímpicos, es un dios cósmico: es un movimiento de la naturaleza, de la naturaleza dañada contra la ley. Los hombres son como los dioses olímpicos: tienen relaciones sexuales que garantizan su supervivencia y su disfrute y todo ello les lleva a la piedad respecto a los dioses y por eso el discurso de Aristófanes acaba en una alabanza de la piedad.
El Eros no puede ser satisfecho para siempre, definitivamente, por lo que apunta a otra cosa, que no se puede alcanzar. En ello, Eros es trágico. E incluso los dioses pueden castigar más todavía al hombre.
Apunta también Strauss muy finamente que frente al platonismo (la posición erecta del hombre es para mirar arriba), Aristófanes establece la posición erecta como vía para abrazarse (Rosen apunta: y como medio de autoconocimiento del carácter fracturado del yo dividido: lo del ombligo y las arrugas). Por eso, para Aristófanes, el amor es esencialmente amor a uno mismo; él no descubrió el amor a lo bello como motor.
Rosen señala que Aristófanes ve la dualidad en el interior de cada hombre, no hace dos polos de personas (los pocos frente a la muchedumbre), y generaliza la discusión a toda la ciudad. Eso es lo que hace la comedia, con elementos antiguos y nuevos: el recurso a un mito probable basado en la variación de la naturaleza humana.
El deseo sexual del cuerpo está en paralelo al ansia erótica del alma por las ideas de Sócrates, pero hay un mundo de diferencia. Para Aristófanes, el esfuerzo humano es básicamente físico: la psique se define y depende del cuerpo (a mí me parece que ahí esta la 'modernidad' de Aristófanes, y clave de su éxito actual).
Para Rosen, la visión de Aristófanes en realidad es básicamente trágica, porque niega la posibilidad de trascendencia del cuerpo.
También la posibilidad de la vuelta definitiva a la unión previa por parte de Hefesto en realidad es un castigo (es él el que atrapa juntos a Afrodita y Ares en el episodio cantado en la Odisea).
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