Se presentaba un lunes lleno de nubes, pero nada más empezarlo leo a Enrique que traduce el «until my good is better / and my better best» y que Suso escribe sobre su madre (y me acuerdo de lo que Cavalcanti escribió sobre su padre).
Qué bien.
Y no, no se trata de esconderse de la actualidad: ayer me emocionó el gesto de Andrés Trapiello (y cómo lo contó). Mientras, Gregorio Luri pasaba unas horas en Vic.
¿Que no conseguís animaros? Las entradas de Antón sobre un viaje a Soria y este comentario a Eloy Sánchez Rosillo de Inmaculada. Y una foto excelente de José Luis.
Mientras, escucho, gracias a Noatodo, el Magnificat de Melani, que me ahoga de emoción:
Muchísimas gracias, Ángel.
ResponderEliminarGracias por la parte que me toca. A veces, en días de niebla, que ya están comenzado, pongo en el coche el Réquiem de Mozart a toda pastilla.
ResponderEliminarYo, cuando salía aburrido de muerte algunos días de la mili, también oía el Requiem de Mozart a todo volumen.
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