Luego caí en la cuenta de que es justo lo contrario de otro texto posterior: Sancho en su ínsula -pura distopía- incapaz de hacer su gusto por las imposiciones de su médico, don Pedro Recio de Tirteafuera* (para más recochineo, es de un pueblito al lado de Almodóvar del Campo, donde nació san Juan de Ávila):
Tiene un señor una bula para comer carne con necesidad la Cuaresma y los días de pescado; tiene aquel señor un médico que por dineros bailara; y como el médico está aficionado a contentar a su señor, con la menor cosita del mundo le dice que bien puede comer carne, y verdaderamente le parece a él que acierta. Tiene un señor un letrado o un confesor y dícele: «Querría hacer esto, mas con buena conciencia». Viene el letrado y revuélvele libros y viene a hallar que se puede hacer lo que el señor pide. -¿Quién engaña a este letrado? – La voluntad que tiene de contentar a su señor. Y por eso los apasionados y los que tienen afición no son buenos para jueces: que muchas veces dice el entendimiento que es verdad lo que la voluntad quiere. Engáñase por la voluntad.---
-¿Por qué coméis tanto? -«Helo menester». –Miraldo bien.**
*II.47: «Yo, señor gobernador, me llamo el doctor Pedro Recio de Agüero, y soy natural de un lugar llamado Tirteafuera, que está entre Caracuel y Almodóvar del Campo, a la mano derecha, y tengo el grado de doctor por la universidad de Osuna»
**S. Juan de Ávila, Lecciones sobre la primera canónica de san Juan (I) [en Obras Completas de san Juan de Ávila, II ed. L. de Sala Balust y F. Martín Hernández, BAC, Madrid, 2001, 118-343], aquí 216 l. 138-151.
No conozco en detalle los hechos; pero siempre he pensado que las muertes prematuras de, por ejemplo, Michael Jackson o Elvis Presley (y, en el caso de este último, el deterioro físico que, aparentemente al menos, la precedió), tienen que ver justo con eso: con médicos dispuestos a ser, no cuidadores exigentes (como debieran), sino justificadores tolerantes de cualquier debilidad: sus buenos dineros se jugaban en ello. El problema es que la salud no entiende de esas componendas, y los medicamentos o la alimentación te sientan, no como te dicen el médico comprado o tu propia arrogancia de señor importantísimo, sino de acuerdo a la naturaleza, a la que tus dineros o tu poder no pueden sobornar.
ResponderEliminarSi alguien quiere ver resumida la vida de San Juan de Ávila: http://galeon.com/sanjuanavila/vidaja.htm
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