En el libro VI, Sócrates explica qué pasa cuando el lugar de los filósofos queda vacío y lo ocupan enteradillos que convierten en bullshit el lenguaje de la filosofía 495c-d.
Pues atisbando otros hombrecillos [ἀνθρωπίσκοι] que ha quedado vacío ese campo, pero lleno de hermosos nombres [καλῶν δὲ ὀνομάτων] y coberturas [προσχημάτων], como los que, escapados de la cárcel, se acogen a sagrado, gozosos también ellos saltan desde sus oficios a la filosofía, ellos que resulta que eran los más refinados en su propio pequeño oficio [τεχνίον].Y a continuación, yo creo que se nota un cierto espíritu de cuerpo con toques clasistas en esta espectacular comparación:
¿Te parece que son distintos en algo de un broncista calvo y pequeño [χαλκέως φαλακροῦ καὶ σμικροῦ] que ha ganado dinero, hace poco liberado de la trena, y que después de un baño y con una túnica nuevecita -novio atildado-, va a casarse con la hija del señor, gracias a la pobreza y soledad de esta?Y remata [496a] con la moraleja: gente así tiene hijos bastardos e inferiores. Los que se acercan a la filosofía y no son dignos de ella [τοὺς ἀναξίους παιδεύσεως] dan a luz sofismas, pensamientos bastardos.
Buff, y yo metido, que de filósofo tengo poco, metido digo en esos jardines.
ἀνθρωπίσκοι - antropiskoi, sí que suena despectivo, sí, aunque no sepas griego...
ResponderEliminarχαλκέως - chalkeos, del cobre o bronce. De ahí viene calco (calcopirita, la mena del cobre, calcolítico, la Edad del Bronce)
φαλακροῦ - falakroi, calvo. En Grecia está la montaña Falacro, una montaña alta y... calva, y por eso es un lugar de esquí
σμικροῦ - smikroi, aún suena más pequeño, qué mala leche...
Nada, que no sé nada de griego, pero me encanta reconocer palabras en esos caracteres tan bonitos.
¡Muy bien! Me dejas impresionado con lo bien que lo pillas: todo eso que comentas contribuye a lo que está pretendiendo Platón: ridiculizar a esos que pretenden aprovecharse de la filosofía.
EliminarQué barbaridad, qué fuerza las imágenes de Platón. No hay otro igual :
ResponderEliminar¡Un campo vacío lleno de hermosos nombre y coberturas, y el broncista, que se supone que es un tío muy tocho que trabaja a golpes, entrando a saco!!
¡Y la hija del señor, pobre y sola, en manos del arribista!
Qué fino y cuánto humor, pero menuda llamada de atención.
Para todos, menos para ti, los de clásicas más que revestirse de hermosos nombres se dedican a desmenuzarlos. Los que leeis despacio en vez de hablar deprisa estáis vacunados.