Con la alegría de Wamba dentro, el camino hasta Torrelobatón fue otra fiesta: los campos amarillos segados y los restos de verde por los bordes, los pocos árboles y el cielo azul no me pudieron parecer más bonitos.
Por segunda vez me encontré el castillo a punto de cerrar. Mejor: aborrezco los Centros de Interpretación. Y al castillo, lo mejor es verle la altura, y pa' eso, desde fuera vale:
La iglesia tenía una torre infame, pero no puedes dejar ni una sin ver por esa zona: y resultó ser una maravilla, con un retablo del XVI; romanista, dicen:
Por ejemplo esta adoración de los reyes en el banco:
Y el sagrario, con ese Cristo excepcional:
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