Dominus conservet eum et vivificet eum et beatum faciat eum in terra et non tradat eum in animam inimicorum eius [Vulgata 40.3].En el texto griego el enemigo es uno (y no veo contradicción con el texto latino).
El SEÑOR lo guarde, y le dé vida: sea bienaventurado en la tierra, y no lo entregues a la voluntad de sus enemigos [Copio de una traducción de 1569].
κύριος διαφυλάξαι αὐτὸν καὶ ζήσαι αὐτὸν καὶ μακαρίσαι αὐτὸν ἐν τῇ γῇ καὶ μὴ παραδῴη αὐτὸν εἰς χεῖρας ἐχθροῦ αὐτοῦ [Septuaginta].
Veo que algunas traducciones (supongo que la cuestión habría que verla en el original hebreo) prefieren el futuro (guardará, dará, será, entregarás): el subjuntivo y el futuro son primos hermanos, y más aquí, cuando el sujeto es EL SEÑOR.
Y estas palabras del Prelado del Opus Dei.
¿Y algo de las sensaciones de Arp? ¿Nada, nada?
ResponderEliminarBueno, ya lo he contado en la siguiente entrada.
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