Los grandes dramas de la conciencia -infinitos, cotidianos o excepcionales- no es posible verlos (en el Juicio Final sí).
Tremenda ha debido de ser la decisión, sin autoridad humana a la que acudir, pero bien claro tenía cómo debía actuar en su situación actual concreta. Lo aprendió en Newman: que entre el Papa y la conciencia primero hay que brindar por esta. Y no conozco a nadie que haya explicado mejor qué es de verdad.
Y se va con una última lección práctica de cómo regirse por ella:
Creía que no podía admirar más a Benedicto XVI. Pues me volvía a equivocar.
Merece la pena oír cómo lo dice:
Texto latino completo.
Conscientia mea iterum atque iterum coram Deo explorata ad cognitionem certam perveni vires meas ingravescente aetate non iam aptas esse ad munus Petrinum aeque administrandum.El ablativo absoluto, en negrita, se puede traducir a la letra así: explorada mi conciencia una y otra vez -reiteradamente, iterum es de donde viene 'iterativo', 'reiterar': repetir; aquí lo dice repetidamente, duplicando la palabra (iterum atque iterum)- delante de Dios. Es decir, después de examinar repetidas veces mi conciencia en la presencia de Dios, etc.
Creía que no podía admirar más a Benedicto XVI. Pues me volvía a equivocar.
Merece la pena oír cómo lo dice:
Texto latino completo.
Me da la impresión que 'iterum atque iterum' se refiere a 'conscientia explorata'.
ResponderEliminarSí, sí, por supuesto, no sé si se entiende mal, pero así es como lo decía.
EliminarÁngel, justo ayer solté el brindis de Newman (que te debo) a un par de "librepensadores" que me hablaban de los ultracatólicos (de los que me hacían próximo) y no sé qué. No hay nada que les escandalice más que esta premisa tan básica del pensamiento católico.
ResponderEliminarBrindemos, pues, por la conciencia de este grandísimo hombre.
Ramón, he reordenado el texto, para que no queden dudas.
ResponderEliminarBV, es un grandísimo brindis.
Me falta formación, seguramente, y no puedo evitar sentirme un poco huérfana. Gracias por brindarme un poco de tu luz para iluminar esta oscura entrada en la Cuaresma. De todos modos, le voy a echar mucho de menos, era una muy sólida roca.
ResponderEliminarÁngel, a mí también me han impresionado esas palabras referidas a su conciencia. Dios habla, en efecto, en ese recinto sagrado. Qué gran lección para el hombre descreído de hoy. Y luego, cuando afirma que la decisión la toma con toda libertad: la libertad que da la santidad, el estar cerca de Dios. Un ejemplo de humildad y elegancia hasta el final.
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