El domingo, último día en Barcelona, camino del Museo Marés, me pilló por sorpresa el Maratón y la fiesta ciudadana (yo oigo 'fiesta ciudadana' en Santiago y me voy corriendo en otro dirección, pero en este caso no, que iba de guiri).
En la Plaza de Cataluña estaban New gospel, un grupo autóctono, cantando Oh happy day, con lo que me gusta a mí esa canción. Eran una gente estupenda (más adelante estaban unos roqueros, había música por todo el recorrido):
Y a la vuelta me pare para oírles cantar otra vez y zas, a mi lado pasó Amancio Prada, que es lo último que te podías esperar, pero eso es lo que pasa en las ciudades cosmopolitas (no en las compostelanas, ay).
Al lado de la catedral estaban repartiendo agua. Eran una gente genial, esos del polo violeta. Les iban gritando a los corredores (el nombre estaba impreso -muy buena idea- en el dorsal):
-Dani, venga que te queda poco. -John, que lo estás haciendo muy bien. -Ana, campeona, ánimo.
Muy buena gente, ya digo:
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