Con uno de ellos había repasado antes las letras alfa y omega y la cruz y los números del año.
Novo igne benedicto, unus ministrorum portat cereum paschalem ante sacerdotem, qui cum stilo incidit crucem in ipsum cereum. Deinde facit super eam litteram græcam Alpha, subtus vero litteram Omega, et inter brachia crucis quattuor numeros exprimentes annum currentem, interim dicens
1. Christus heri et hódie (incidit hastam erectam);
2. Princípium et Finis (incidit hastam transversam);
3. Alpha (incidit supra hastam erectam litteram Alpha);
4. et Omega (incidit subtus hastam erectam litteram Omega).
5. Ipsíus sunt témpora (incidit primum numerum anni currentis in angulo superiore sinistro crucis);
6. et sæcula (incidit secundum numerum anni currentis in angulo superiore dextro crucis).
7. Ipsi glória et impérium (incidit tertium numerum anni currentis in angulo inferiore sinistro crucis);
8. per univérsa æternitátis sæcula. Amen (incidit quartum numerum anni currentis in angulo inferiore dextro crucis).
A
2 0
1 2
Ω
El cirio es Cristo clavado con cinco llagas que resucita: y la luz que se enciende.
Magia simpatética, quizá, para alguien; o hasta un vudú al revés: para nosotros es un modo infantil -en el mejor sentido- de representar a Cristo muerto y resucitado, la luz que tendremos los próximos cuarenta días, para alegrarnos continuamente con esa luz.
Y también se reían los chavales cuando el cura -estábamos en La Estila, había adolescentes allí- les aspergía con agua: la muerte en el agua que es el Bautismo. Y nos reíamos ahora con ello.
Yo también me alegré mucho en la lectura del sacrificio de Abrahán. Con esto de fondo, caí en la cuenta de que Dios se pone a prueba allí: Dios se ve en Abrahán que tiene que entregar a su hijo. Pero en los dos casos el final es feliz.
Me alegro mucho, os deseo una muy feliz Pascua Florida.
Y veo que el Papa habló también del cirio en la Vigilia Pascual:
Queridos amigos, quisiera por último añadir todavía una anotación sobre la luz y la iluminación. En la Vigilia Pascual, la noche de la nueva creación, la Iglesia presenta el misterio de la luz con un símbolo del todo particular y muy humilde: el cirio pascual. Esta es una luz que vive en virtud del sacrificio. La luz de la vela ilumina consumiéndose a sí misma. Da luz dándose a sí misma. Así, representa de manera maravillosa el misterio pascual de Cristo que se entrega a sí mismo, y de este modo da mucha luz.
Otro aspecto sobre el cual podemos reflexionar es que la luz de la vela es fuego. El fuego es una fuerza que forja el mundo, un poder que transforma. Y el fuego da calor. También en esto se hace nuevamente visible el misterio de Cristo. Cristo, la luz, es fuego, es llama que destruye el mal, transformando así al mundo y a nosotros mismos. Como reza una palabra de Jesús que nos ha llegado a través de Orígenes, «quien está cerca de mí, está cerca del fuego». Y este fuego es al mismo tiempo calor, no una luz fría, sino una luz en la que salen a nuestro encuentro el calor y la bondad de Dios.
El gran himno del Exsultet, que el diácono canta al comienzo de la liturgia de Pascua, nos hace notar, muy calladamente, otro detalle más. Nos recuerda que este objeto, el cirio, se debe principalmente a la labor de las abejas. Así, toda la creación entra en juego. En el cirio, la creación se convierte en portadora de luz.
Pero, según los Padres, también hay una referencia implícita a la Iglesia. La cooperación de la comunidad viva de los fieles en la Iglesia es algo parecido al trabajo de las abejas. Construye la comunidad de la luz. Podemos ver así también en el cirio una referencia a nosotros y a nuestra comunión en la comunidad de la Iglesia, que existe para que la luz de Cristo pueda iluminar al mundo.]
En castellano:
ResponderEliminar[Concluida la bendición del fuego nuevo, un ministro acerca el cirio pascual ante el sacerdote que, con un estilete, marca una cruz sobre el mismo. En el extremo superior de la cruz marca la letra griega alfa, y en el inferior, la letra omega; en los ángulos que forman los brazos de la cruz los números del año en curso. Mientras tanto se dice:
Cristo ayer y hoy,
(Marca la línea vertical de la cruz)
principio y fin,
(Marca la línea horizontal de la cruz)
alfa
(Marca la letra alfa en la parte superior de la cruz)
y omega.
(Marca la letra omega en la parte inferior de la cruz)
A él pertenecen el tiempo
(Marca en el ángulo superior izquierdo la primera cifra del año actual)
y la eternidad.
(Marca en el ángulo superior derecho la segunda cifra del año actual)
A él la gloria y el poder,
(Marca en el ángulo inferior izquierdo la tercera cifra)
por los siglos de los siglos. Amén.
(Marca en el ángulo inferior derecho la última cifra del año actual)
A
20
12
Ω
No hay que olvidar que está hecho -o debería estar hecho- de cera de abeja y que arde sin consumirse desde hace dos milenios y piquito. La zarza que llamó la atención de Moisés no anunciaba más de lo que anuncia el amable cirio pascual: Dios no se limita a crear continuamente, además, cuando quiere, irrumpe en la historia y provoca deflagraciones y otras cosas sorprendentes.
ResponderEliminar¡Ah! ¡Felices Pascuas!
ResponderEliminarQue esta Pascua te inunde de felicidad
ResponderEliminarFeliz Pascua¡¡¡
Feliz Pascua, Ángel; a ti y a todos :-) Aunque te compadezco por los diez días que parece que le has quitado a la tuya este año...
ResponderEliminarPues qué alegría enterarme por fin de lo que significan las bolitas y de lo que el sacerdote hace en el cirio en la vigilia pascual. Ahora me impresiona todavía más.
ResponderEliminarQué lujo de homilias: el cirio que ilumina entregándose, y la llama que forja y da calor...
Muchas gracias y feliz Pascua.