Y qué maravilloso libro, cómo me gusta. No sé por qué me gusta tanto, pero con él me río, me emociono, disfruto. Es, sin duda, uno de mis libros favoritos.
Junto con Las pequeñas virtudes y Nuestros ayeres, lo mejor de esta enorme escritora italiana.
Más de mi amor por Natalia Ginzburg aquí y aquí. Traduje un artículo suyo aquí.
El otro día caí en la cuenta de que a Natalia Ginzburg y a Flannery O'Connor (¡nada menos!) las descubrí en mis años de Ciudad Real.
Yo descubrí a Natalia con Las pequeñas virtudes, el verano pasado. Y el viernes anduve buscando Léxico Familiar por al Feria del Libro de Madrid...¡y se ha agotado YA! Parece que somos muchos esperando leerlo...
ResponderEliminarQué casualidad, yo estoy ahora con Léxico familiar. De momento me gusta mucho.
ResponderEliminarMe lo apunto para las lecturas de este verano. Yo tengo "fichada" a Natalia Ginzburg desde que le leí un artículo apasionado sobre ella a Carmen Martín Gaite, que creo que está incluido en el volumen "La búsqueda de interlocutor" (A mí, no sé por qué, me apasiona Martín Gaite, sobre todo como ensayista, aunque también como novelista: especialmente "Nubosidad variable". Me encantaría que, si tienes tiempo, explicaras por qué no termina de gustarte...)
ResponderEliminarDebo de ser algo maniático, pero ayer, después de leer tu anotación, me acerqué a una librería para comprar el libro: no fui capaz, me asustó el blanco blanquísimo de sus hojas. Intentaré encontrar una edición vieja más legible.
ResponderEliminarEn venganza, me llevé Guerra en el cielo, de Charles Williams (Homo legens).
También llegué a Ginzburg a través de Martín Gaite. Ambas son de mis favoritas. Precisamente estoy como Carlos, con Léxico Familiar, y tenía pensado escribir una entrada. Seguiré los enlaces que nos has dado, pues me interesan mucho.
ResponderEliminarMe ha parecido una novela preciosa Lexico familiar; la descrubri gracias a Juan Cruz que la recomendaba en su blog; encontre el libro en la biblioteca pública en una edición antigua con la letra pequeña aunque ha merecido la pena dejarse algo de vista en su lectura.
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