lunes, 5 de mayo de 2025

Procrastinadores y prontistas

A veces chocamos con gente porque tenemos modos de actuar muy distintos, incluso contradictorios. Yo he descubierto una clasificación binaria de la humanidad (que vengan luego los gradualistas si quieren a corregirme), la que nos divide entre los procrastinadores*, partidarios de dejar las cosas para después, y los que queremos hacerlo todo cuanto antes, como para quitárselo de encima y no arriesgarse a llegar tarde a los plazos, para los que he encontrado en inglés un término acuñado, el de pre-crastination, que es un monstruo desde el punto de vista lingüístico. Yo propongo el término prontista.

Así que divido a la humanidad entre procrastinadores y prontistas.

Tengo que hacer una consideración moral: se puede pecar, es evidente, por procrastinador, pero también por prontista. Los procrastinadores han sido muy criticados en la literatura ascética y moral, a lo que yo añadiría el agravante de lo que nos hacen sufrir a los prontistas cuando tenemos que hacer algo en común, como me ha pasado a mí recientemente, reconcomiéndome de que una procrastinadora de libro esperase al último día, cuando yo un mes antes ya lo tenía todo preparado.

Pero decía que se puede pecar también de prontista. Yo soy un prontista prototípico: el primer día en que se podía presentar la declaración de la renta la presenté, y así todos estos años. No me considero mejor por eso, bueno, un poco sí. El hecho es que me llegó después un certificado de un pago que me sumió en la duda de si tendría que rehacer la declaración por mis excesivas prisas para quitarme de encima obligaciones como esa o estaría ya incluido ese pago en el borrador de Hacienda. Puede ser un problema de querer quitarse motivos de tensión, controlar todo para que no pese encima: no me voy a ponerme ahora a hacerme de psicólogo. 

 
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*pro crastinum (=para mañana) es la expresión latina que dio lugar al verbo procrastinare y que creo que hemos recuperado a través del inglés, al menos en su uso frecuente, porque en español se documenta ya en el siglo XVI, aunque supongo que puntualmente.

2 comentarios:

  1. Me gusta lo de prontista. Ignoro si se usará fuera de Andalucía, pero por aquí es frecuente llamar a esas personas, un asfixiado e incluso simplemente, un asfixia. De niño yo era un asfixiado para los deberes escolares, me los quitaba de encima cuanto antes, con la edad, en algunas cosas me he vuelto procrastinador, pero no tanto por pereza como por evitar algo desagradable. En lo de la renta, está claro: cuanto antes la presentas, antes te devuelven y ¿a quién no le gustan los cuartos en su bolsillo?

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    1. Sí, yo también veo con ilusión que llegue pronto la devolución de la Renta, ese motivo ayuda. Yo sí que soy un poco asfixias.

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