Es un edificio industrial que conservaron en vez de tirarlo; y me alegro, porque tiene su gracia. Lo han convertido en una plaza abierta dentro, y lo van a usar para trueque y venta de objetos de segunda mano, tema que sorprendentemente gusta mucho a la izquierda: están pensando todo el día en el dinero y su defecto principal, el de la izquierda, que es la envidia, pero, curiosamente, es el trueque lo que les hace gracia. No consigo entenderlo.
El gobierno local, que peca -entre otras cosas- de cursi, lo ha llamado "Mercado da luz": Trae á luz o que queres trocar ou vender, es su lema. Me rechinan los dientes, pero debe de ser el dentífrico.
Bonito edificio para tener un mercadillo. No sé si el pecado de la izquierda es la envidia y el de la derecha la codicia, pero creo que lo que une a ambas caras de la realidad española es la cursilería. Muy buena entrada.
ResponderEliminarSí, es así. La cursilería domina todo el espectro
EliminarBonito edifico. En vez de "Mercado da luz", yo lo llamaría "Cambalache" y como música de fondo que alternen muñeiras y tangos.
ResponderEliminarQué bien habría quedado el nombre "Cambalache", pero no aparece en el Dicionario de la RAG, así que no puede ser. Aquí todo tiene que estar en gallego, es un imperativo moral intocable,
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