Yo, recogiendo el guante, de los clásicos que dejaría de lado mencionaría, así para empezar, a algunos:
-Aristófanes: le reconozco todo lo que le reconocen, pero no es mi plato de gusto.-Menandro, en otro palo, pero tampoco.-Toda la novela griega.-La Celestina: tendría que volver a leerlo, pero la recuerdo retórica.-El Lazarillo de Tormes: nunca he conseguido acabarlo.-El Buscón: idem.
Opino igual acerca de la Celestina y añadiría el Persiles del que solo salvaría el prólogo y ,aunque no sea un clásico , stricto sensu, incluiría el Rojo y Negro, que me pareció un tostonazo al que no le veo el mérito. Este tema da para horas y horas.
ResponderEliminarYo tengo mejor recuerdo del Persiles. Con lo que no pude fue con la Galatea, todo con canciones de pastores. El rojo y el negro no lo he leído.
EliminarDisculpe que me aproveche de la ocasión para preguntarle, ya que hablamos de clásicos: ¿Qué opinión le merece Quevedo, fuera del Buscón, sobre todo como poeta? ¿Son ya de artificiosidad estéril Calderón (como decía el P. Castellani) y Gracián (como pensaba Borges)?
ResponderEliminarQuevedo es un gran poeta, claro. De Calderón y Gracián no sabría dar una opinión, porque casi no los he leído.
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