Me ha impresionado mucho un libro de memorias de Florentino Matías, Tierra roturada. Recuerdos, vivencias e impresiones.
Pertenece a lo que es casi ya un pequeño género, el de las memorias de personas del Opus Dei. Hay decenas de libros ya, todos interesantes, al menos para mí, pero algunos se destacan, o por su importancia histórica (por ejemplo las de don Pedro Casciaro) o por la profundidad que logran. Este tiene una verdad y una hondura que me han impresionado y además tiene su centro en los años que él pasó en Roma, sacando adelante una labor social, el Centro ELIS, y teniendo trato frecuente y cercano con san Josemaría y el beato Álvaro.
Florentino Matías es un agregado del Opus Dei. Los agregados son, en la Obra, personas con vocación de celibato pero que habitualmente viven con su familia. Son como la columna vertebral del Opus Dei, ellos y las numerarias auxiliares. Luego estamos los numerarios, que nos dedicamos más directamente al gobierno y la formación de los demás de la Obra y vamos y venimos, y los supernumerarios, que no tienen vocación al celibato. Si alguien quisiera saber cómo es la vocación y la vida de un agregado, yo le recomendaría este libro (me acuerdo también de los que hicieron sobre Manolo Prieto y el de Carlos Martínez, que también están muy bien).
Él cuenta en detalle las decisiones que supusieron cambios fuertes en su trayectoria profesional y vital, la ilusión por su trabajo y por formarse en él, pero lo que destaca es la centralidad de la confianza en Dios en su vida. Es todo un tratado sobre la entrega a Dios y la confianza en él.
El retrato que hace de su madre es muy hondo, conmovedor, de lo mejor del libro sin duda. También me impresionó cómo describe a su padre, enfermo desde joven. También destaca la valentía que le echaba en el inicio de labores en lugares conflictivos, por ejemplo en el Tiburtino en Roma, donde tenían que ponerse firmes, porque si no, les comían.
No hay comentarios:
Publicar un comentario