Lo que me descoloca de este libro es que quiera ser una novela. Supongo que querrá ser de no ficción como A sangre fría, de Truman Capote. El propio autor aparece como personaje, lo que le sirve para hablar sobre su interés en el tema, pero no por qué es importante o al menos interesante ese tema. Tampoco explica su modo de enfocarlo, con fragmentos atribuidos a personajes "reales", puestos en un desorden temporal que no crea tensión dramática, porque en realidad da bastante igual (o al menos a mí me daba igual) qué haya sido del "objeto artístico" en el que se centra el núcleo de la "novela".
Al final el libro acaba siendo todo una especie de retrato del mundo del arte contemporáneo, de cómo funciona -o no funciona- un Museo como el Reina Sofía, del mundillo del "arte" que se mueve por canales oficiales. Por ahí sí que me ha interesado más o menos, aunque en conjunto me ha parecido un libro fallido.
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