miércoles, 21 de septiembre de 2022

En agosto de 2022 por Valladolid 5 - Valladolid

Un día fui a enseñar iglesias de Valladolid a algunos que no conocían la ciudad. Dejamos en el coche en el aparcamiento de la Plaza Mayor y de allí fuimos a la iglesia de Santiago, en medio de la calle más comercial y de paseo de la ciudad, donde hay un Cristo con los ladrones que sacan en Semana Santa y un retablo de Alonso Berruguete que se conserva entero:

De allí a la iglesia san Lorenzo, pero estaba cerrada, así que no vimos ni la pintura del yacente de Mateo Cerezo ni la Sagrada Familia de Gregorio Fernández. Habíamos pasado, sin entrar, el convento de santa Ana, que merece mucho la pena, porque no teníamos tiempo.

Cruzamos la plaza de Poniente y en san Benito me acordé de cuando en pleno postconfinamiento prohibía la Junta de Castilla y León (ese engreído Igea) que hubiera más de 25 personas en Misa, en un edificio tan inmenso como ese, que impresiona sobre todo por su espacio, cuando entras, y por la excelente reja que tiene en medio.

De allí, a san Miguel, a ver la antigua iglesia de los jesuitas, muy bien conservada, con todas las imágenes de Gregorio Fernández, san Ignacio, san Francisco Javier, los ángeles. Nos metimos en la sacristía, con un retablo trampantojo, y ahí en la capilla de las reliquias, que esta vez pude ver entrando, tremendo abigarramiento:




Había unos azulejos con pinta de muy antiguos:

De ahí todavía nos dio tiempo de ir a la iglesia de la Vera Cruz y de ahí a las Angustias. En dos horas un recorrido muy completo, con vuelta en la Plaza Mayor.

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