Una línea que lo recorre, mientras ves cómo sufren los candidatos, es que ser GEO es para los que tienen las condiciones adecuadas. Los que no, aprenderán en el proceso, pero no importa que lo dejen. No es como esas películas de la mili, no se trata aquí de humillar a la gente. Por suerte, como son todos policías, ya son personas formadas que tienen un trabajo difícil y que se plantean si tienen esas capacidades específicas, que se encuentran en muy pocos: arrojo, gran fortaleza física, carácter templado, capacidad de asumir riesgos, obediencia e iniciativa, autoridad.
Mientras miras el proceso, vas haciendo examen de conciencia: esto no, esto tampoco, en esto no podría yo. Bueno, solamente unos pocos valen para el GEO. Y está bien así.
Hay ideales de fondo, se da mucha importancia a la familia, se destacan las virtudes morales, la importancia de querer, de saber, de formarse. A lo largo de la serie destacan las virtudes del trabajo constante y gustoso, del esfuerzo, pero no de la brutalidad ni de la frialdad, de la capacidad de sufrir por un bien mayor, de la resistencia al dolor.
El espíritu de servicio es central aquí: se trata de defender a los demás, lo cual supone sacrificios.
A mí me ha consolado mucho verla: España es más que los políticos que sufrimos; están esos que cargan con el peso de la responsabilidad en situaciones extremas. Por otro lado, todos intentamos estar en nuestro puesto, estar a la altura, hacer nuestra función: ser conscientes de eso es importante.
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