Estoy volviendo a leer el Audi, filia, de san Juan de Ávila, aunque en realidad, como he empezado con la primera versión, que no había leído, es una primera lectura: y qué libro impresionante, por contenido y por su elegancia y sobriedad de expresión, también cuando traduce. Por ejemplo, me llamó la atención cómo traslada esto de san Gregorio Magno, Qui sine humilitate virtutes congregat, quasi in ventum pulverem portat (5.569 Migne) así:
Tú que piensas edificar edificios de virtudes, ten primero cuidado del fundamento de la humildad; porque quien quiere ganar virtudes sin ella, es como quien llevase ceniza en su mano en contrario del viento (OC 1.443.13).
Una imagen muy lograda, sobre todo en el giro que le da san Juan de Ávila al «que lleva polvo contra el viento», metiendo las cenizas, más potentes como imagen, sin duda.
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