miércoles, 9 de junio de 2021

Cocineros de gusanos

En la primera versión del Audi, filia, san Juan de Ávila hace a doña Sancha Carrillo, en la meditación sobre la muerte y el juicio, una descripción muy gráfica y de eficacia literaria máxima de la agonía, pero casi más del abandono en la tumba:

Echaros han en una breve sepultura; cobijaron han con tierra y, después de haberos pisado, quedaros heis sola y seréis presto olvidada.

Luego se fija en el cuerpo muerto en la tumba:

Mirad allí con atención en qué para la carne y su gloria, y veréis cuán necios son aquellos que, habiendo de salir tan pobres de este mundo, trabajan acá por ser muy ricos; y habiendo de ser tan presto hollados, tienen gran sed de ponerse en más altos lugares que otros y cuán engañados viven los que regalan el cuerpo y se van tras sus deseos, pues que otra cosa no hicieron sino ser cocineros de gusanos, guisándolos bien el manjar que han de comer, y ganaron con sus bienes y deleites tormentos que nunca se acaban (OC 1.466-7.23).

Yo me he acordado de los que proponen ahora comer gusanos por las proteínas, bobadas mías. 

Este texto se publicó en 1556, cuando todavía no sabían qué era el barroco. Ahora estamos en una nueva revuelta del barroco más nihilista, pero no nos atrevemos a mirar por esos andurriales de las postrimerías. 

4 comentarios:

  1. La verdad, me ha gustado bastante el puntito de mala leche del "guisándolos bien el manjar que han de comer".

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  2. Una nadería en comparación con el De Lazaro de Potamio de Lisboa.

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    1. He ido a mirar a ver por la red: me quedo con la copla del tal Potamio.

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