La traducción de Francisco Romero Cruz del final de 2.51 es la siguiente (con varios cambios míos):
Y eso [el desánimo] era lo que causaba mayor estrago. Si por miedo algunos no se acercaban a otros, morían solos: muchas casas quedaron vacías por falta de quienes les cuidaran; y si se acercaban, perecían, sobre todo los que se forzaban a actuar virtuosamente, pues por pudor no se excusaban de entrar en las casas de los amigos. Al final, incluso los familiares, derrotados por la extensión de la enfermedad, se cansaron de hacer lamentaciones por los que morían. Sin embargo, los que se habían librado mostraban una compasión mayor por el moribundo y el enfermo, por haber experimentado la enfermedad y estar ya en posición de seguridad, pues no atacaba dos veces a la misma persona hasta el punto de matarla; ellos recibían las felicitaciones de los demás e incluso tenían, ante la alegría extrema de ese instante, la vana esperanza de que en el porvenir ya nunca morirían de ninguna otra enfermedad.
La versión de la segunda parte de 2.51, de Diego Gracián empieza mal, con los médicos (se confunde con la palabra "curación", íama, de la misma familia que iatrós):
Por otra parte, la dolencia era tan contagiosa que atacaba a los médicos. A causa de ello muchos morían por no ser socorridos, y muchas casas quedaron vacías. Los que visitaban a los enfermos morían también como ellos, mayormente los hombres de bien y de honra que tenían vergüenza de no ir a ver a sus parientes y amigos, y más querían ponerse a peligro manifiesto que faltarles en tal necesidad. A todos contristaba mal tan grande, viendo los muchos que morían, y los lloraban y compadecían. Mas, sobre todo, los que habían escapado del mal, sentían la miseria de los demás por haberla experimentado en sí mismos, aunque estaban fuera de peligro, porque no repetía la enfermedad al que la había padecido, a lo menos para matarle; por lo cual tenían por bienaventurados a los que sanaban, y ellos mismos por la alegría de haber curado presumían escapar después de todas las otras enfermedades que les viniesen.
Qué bien expresa (lo que he puesto en negrita) esa vergüenza de no ayudar que fuerza a algunos a ir a cuidar a los enfermos y les lleva a la muerte. Lo siguiente es una maravilla de castellano, esa parte que a mí me conmueve especialmente, porque refleja tan bien esa sensación que tuve al salir de la UCI de que tenía como derecho a estar sano (pero no funciona la cosa así).
Y la frase que sigue a las negritas, sin embargo, dice exactamente lo contrario que su equivalente en la otra traducción, ¿no? Y por lo demás suena igualmente bien. Qué cosas, cómo te la puede liar un traductor...
ResponderEliminarSon unos fragmentos muy emotivos y actuales los que estás comentando, sí; la verdad le hacen a uno pensar.
La frase siguiente claramente no la entendió Diego Gracián: la verdad es que es una frase bien retorcida y además muy discutida. Literalmente es "las lamentaciones de los que se estaban muriendo", pero en griego puede ser tanto "lamentaciones por los moribundos" como "los moribundos que se lamentan". De todos modos, Gracián no entiende que lo que dice es que estaban cansados de lamentarse, ya sean los moribundos o los que los cuidaban.
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