Tras Fathers and Sons, libro que me interesó mucho, que acabé hace meses y del que todavía no he encontrado tiempo para hablar aquí, vi que Alexander Waugh tenía, y además traducido en español, un libro sobre la familia Wittgenstein. A mí el filósofo me suena mucho y le tengo simpatía por Elizabeth Anscombe, pero ni de él ni de ella sé casi nada (esto es un understatement), así que el libro me apeteció leerlo, para ver si me lo wikipedizaba.
No recordaba que Alexander Waugh fuese crítico de música y el hecho es que el protagonista en este libro es Paul Wittgenstein, el pianista que quedó manco en la Primera Guerra Mundial. A mí no me interesa mucho, la verdad, la vida de un pianista, manco o no; de todos modos, todo lo que tenga que ver con Viena en el periodo del cambio al siglo XX me atrae. Es tremendo, no hay otra palabra: que concentración de gente con algo que decir hubo en esa ciudad y qué mal acabó todo.
Aquí se puede ver en funcionamiento a una familia nihilista: forrados hasta las cachas, con un exquisito gusto musical y relaciones con todos los grandes músicos de la época y a la vez con tres hijos varones que se suicidaron. El resto de los hermanos aparecen como más raros que un perro verde. Ludwig, el filósofo, se lleva la palma.
Me impresionó el desastre austriaco en el frente ruso de la Primera Guerra Mundial: lo padeció Paul, prisionero llevado de sitio inmundo a sitio inmundo. Y todo esto, manco y sin curar de las heridas.
Del filósofo me sorprendió lo que le influyó El evangelio abreviado de Tolstoi. Y de esa especie de evangelio censurado (o seleccionado a su gusto) que hizo el ruso, lo que más me sorprendió es que quitara el pasaje de la higuera.
En resumen, que sigo sin saber nada de Ludwig Wittgenstein. No sé si me consuela enterarme de que ni él mismo era capaz de explicar lo que pensaba cuando gente muy lista se lo preguntaba.
No recordaba que Alexander Waugh fuese crítico de música y el hecho es que el protagonista en este libro es Paul Wittgenstein, el pianista que quedó manco en la Primera Guerra Mundial. A mí no me interesa mucho, la verdad, la vida de un pianista, manco o no; de todos modos, todo lo que tenga que ver con Viena en el periodo del cambio al siglo XX me atrae. Es tremendo, no hay otra palabra: que concentración de gente con algo que decir hubo en esa ciudad y qué mal acabó todo.
Aquí se puede ver en funcionamiento a una familia nihilista: forrados hasta las cachas, con un exquisito gusto musical y relaciones con todos los grandes músicos de la época y a la vez con tres hijos varones que se suicidaron. El resto de los hermanos aparecen como más raros que un perro verde. Ludwig, el filósofo, se lleva la palma.
Me impresionó el desastre austriaco en el frente ruso de la Primera Guerra Mundial: lo padeció Paul, prisionero llevado de sitio inmundo a sitio inmundo. Y todo esto, manco y sin curar de las heridas.
Del filósofo me sorprendió lo que le influyó El evangelio abreviado de Tolstoi. Y de esa especie de evangelio censurado (o seleccionado a su gusto) que hizo el ruso, lo que más me sorprendió es que quitara el pasaje de la higuera.
En resumen, que sigo sin saber nada de Ludwig Wittgenstein. No sé si me consuela enterarme de que ni él mismo era capaz de explicar lo que pensaba cuando gente muy lista se lo preguntaba.
Aunque temo hacerte la sugerencia, hay una novela de Thomas Bernhard, Corrección, cuyo protagonista es un trasunto de Wittgenstein,obsesionado por la casa que diseñó para su hermana. Y hay una biografía académica conocida,la de Ray Monk.
ResponderEliminarMuchas gracias, ya he visto que tenemos en la Biblioteca de la Universidad el libro de Ray Monk y lo he reservado.
EliminarHay también el excelente libro de Roland Jaccard (gran especialista de la Viena de fines del siglo XIX y comienzos del XX) "L'enquête de Wittgenstein", un excelente resumen de la vida y la obra del autor del "Tractatus" en sólo 126 páginas - del que no sé si existe una versión en español.
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