Un combate entre Alejandro (Magno) y Nicolao (del que se dice en el verso anterior que «si podiés' Nicolao repentiérase de grado» de haberse metido en esa pendencia), se describe así:
Esos caballos que se quedan solos en el combate, vacíos de sus caballeros, me recordaron, claro a poemas de Martínez Mesanza. También, por encima de Uccello, a los caballos de los frescos de Arezzo de Piero della Francesca:
Los golpes eran grandes, firmes los alaridos;Es la estrofa 158 del Libro de Alexandre, una maravilla de concreción, de precisión, de intensidad y de sensorialidad.
de cuerno e de trompas iban grandes roídos;
d'ella e d'ella parte habié muchos caídos;
exién a todas partes los caballos vacíos.
Esos caballos que se quedan solos en el combate, vacíos de sus caballeros, me recordaron, claro a poemas de Martínez Mesanza. También, por encima de Uccello, a los caballos de los frescos de Arezzo de Piero della Francesca:
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