lunes, 28 de mayo de 2018

Los caballos vacíos

Un combate entre Alejandro (Magno) y Nicolao (del que se dice en el verso anterior que «si podiés' Nicolao     repentiérase de grado» de haberse metido en esa pendencia), se describe así:
Los golpes eran grandes,     firmes los alaridos;
de cuerno e de trompas     iban grandes roídos;
d'ella e d'ella parte     habié muchos caídos;
exién a todas partes     los caballos vacíos.
Es la estrofa 158 del Libro de Alexandre, una maravilla de concreción, de precisión, de intensidad y de sensorialidad.

Esos caballos que se quedan solos en el combate, vacíos de sus caballeros, me recordaron, claro a poemas de Martínez Mesanza. También, por encima de Uccello, a los caballos de los frescos de Arezzo de Piero della Francesca:



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