Me impresionó mucho esta oración de Fernán González en un momento de especial dificultad en la batalla (547-555):
Por suerte, la cosa no acaba ahí. El conde se salva y con él, Castilla y con él, España.
547 Era en fuerte cuita el conde don Fernando,Me impresiona mucho la familiaridad que tiene con Dios, al que puede «como si estuviese con Él» hacer reproches, quejarse y al final aceptar su pena de que se pierda España perdiéndose Castilla y que eso pueda deberse a sus propios pecados. Parece consolarse un poco con la fama inmortal que recibirá su heroísmo, pero no, en realidad no.
iba, si se l’ ficiese, su muerte aguisando [=preparando];
alzó al cielo los ojos al Criador rogando,
com’ si fuese con Él, así le está llamando:
[Empieza diciendo que no quiere escapar, que así se acabarán las penas. Y continúa]
549 Castiella, quebrantada, quedará sin señor,
iré con esta rabia, mesquino pecador; (...)
550 Señor, ¿por que nos tienes a todos fuerte saña?;
por los nuestros pecados, non estruyas [=destruyas] a España: (...)
551 Padre, Señor del mundo, e vero Jesucriste:
de lo que me dijeron, nada non me toviste:
que me acorrerías comigo lo posiste [=propusiste, prometiste];
yo non te fallesciendo [=fallando], Tú ¿por qué me falleciste? [=fallaste]
552 Señor, pues es el conde de ti desamparado,
que por alguna cosa eres d’él despagado,
rescibe tú, Señor, en comienda [=en encomienda] el condado;
si non, sera aína [=pronto] por suelo astragado [=arrastrado].
553 Pero yo non morré [=moriré] así desamparado:
antes habrán de mi los moros mal mercado [=negocio];
tal cosa fará antes este cuerpo lazrado [=lacerado],
que, cuanto el mundo dure, siempre será contado.
Por suerte, la cosa no acaba ahí. El conde se salva y con él, Castilla y con él, España.
Como pasa con frecuencia en el poema, todos los episodios se replican después con alguna variación. En este caso, Fernán González es aherrojado por el rey de Navarra y esta es su oración entonces:
Fue luego don Fernando en los fierros [=en los hierros, con grilletes] metido,«Si estuvieses en la tierra, serías retado por mí», le dice a Jesús, nada menos, aunque en el último verso plantea que pudiera ser él el que le «hizo pesar» y por eso debía ser vengado.
de grand pesar que hobo cayó amortecido,
a cabo d’una pieza tornó en su sentido,
dijo:«Señor del mundo, ¿por que me has fallesçido? [=fallado]
Señor Dios, si quisieres que fuese aventurado,
que a mí los navarros me fallasen armado,
aquesto te ternía a merced e a grado,
e por esto me tengo de ti desamparado.
Si fuesses Tú en la tierra, serías de mi rebtado [=retado];
nunca fiz por que fuese de ti desamparado,
morré [=moriré] de mala guisa como omne de mal fado [=hombre malhadado]:
si yo pesar te fice, bien debes ser vengado.» (600-602)
Por suerte, también sale de esa, gracias a la infanta doña Sancha, con la que se acaba casando.
Recuerda a Job, y a Jacob en su lucha con el Ángel.
ResponderEliminarY a mío Cid Ruy Díaz:
De los sos ojos tan fuertemientre llorando,
tornava la cabeça e estávalos catando.
Vio puertas abiertas e uços sin cañados,
alcándaras vazías, sin pielles e sin mantos,
e sin falcones e sin
adtores mudados.
Sospiró mio Cid, ca mucho avié grandes cuidados,
fabló mio Cid bien e tan mesurado:
— ¡Grado a ti, Señor, Padre que estás en alto!
¡Esto me an buelto mios enemigos malos!
Sí, sí. Son fascinante esos poemas
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