Estábamos traduciendo en clase el canto I de la
Ilíada (ya sé, soy un privilegiado) y además, qué suerte, el episodio del adivino Calcante, que para nombrar quién es el culpable de la peste que azota el campamento griego tiene que pedir antes el amparo de Aquiles, que le dice que «mientras yo viva y tenga los ojos abiertos sobre la tierra» (88 ἐμεῦ ζῶντος καὶ ἐπὶ χθονὶ δερκομένοιο), el adivino no tiene que tener miedo, «ni aunque menciones a Agamenón» (90 οὐδ᾽ ἢν Ἀγαμέμνονα εἴπῃς). Vamos, que todo el mundo sabía quién era el culpable, pero un adivino, por muy directa que tuviese su línea abierta con el dios Apolo, no iba a decir que el rey supremo era el culpable salvo si tenía garantías. La explicación que da Calcante es modélica:
Poderoso es un rey cuando se enoja con un hombre inferior;
incluso si en el mismo día digiere la ira,
mantiene el rencor aún más tarde, hasta satisfacerlo,
en su pecho (80-83).
En griego:
κρείσσων γὰρ βασιλεὺς ὅτε χώσεται ἀνδρὶ χέρηι·
εἴ περ γάρ τε χόλον γε καὶ αὐτῆμαρ καταπέψῃ,
ἀλλά τε καὶ μετόπισθεν ἔχει κότον, ὄφρα τελέσσῃ,
ἐν στήθεσσιν ἑοῖσι.
Yo conté en clase que en lo de «digerir la ira» el verbo es καταπέπτω y que πέπτω es de donde viene lo de «péptico», «dispepsia», etc. Luego lo volví a contar en casa y me salieron con la palabra «pepsi» y resulta que sí, que
pepsi-cola es la cola digestiva.
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