Primero fuimos al monte Tabor, donde se transfiguró el Señor y su ropa se puso de un blanco que superaba todos los blancos. Hacía calor y había bruma y subimos la última parte en unos microbuses que tienen el monopolio de la mitad de la cuesta para arriba. Iban a toda velocidad. Es un monte redondo, solo, con Naim (donde lo del hijo de la viuda que resucitó el Señor) a un lado y al otro, Nazaret, en otra ladera. Eso que se ve al fondo es Naim:
Este es el territorio por el que caminaba Jesús: desde Nazaret a la costa del mar de Tiberiades, recorriendo aldeas, predicando en sinagogas como una que acaban de descubrir, curando enfermos por los caminos.
La iglesia de la Transfiguración es un revival hecho por arquitectos italianos en los años veinte, a partir de originales cristianos de las primeras iglesias en Siria. Estaba muy bien, y mejor por dentro..
[Yo tenía una foto de esto, pero la de la wikipedia es mejor]
De allí fuimos a Caná, a un paso de Nazaret. Había mucho merchandising de vino, como era de esperar. Era todo muy cutre y la iglesia, feúcha tirando a muy fea. Nada que ver con este cuadro de Veronés en el Louvre, que he visto justo hoy:
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