El Templo de Teseo, réplica perfectamente blanca de cómo suponían en el XIX (1811-23) que eran los templos griegos, albergó unos años la estatua de Canova que ahora ha quedado en el centro de la escalera del KHM. Para más desgracia, han convertido el edificio en centro de arte contemporáneo:
La instalación que estaba en agosto, de Ron Mueck, me dio escalofríos. Era esa barca que veis ahí. En medio, a mitad de escala humana, una escultura hiperrealista de un tío corito,
Venga, en movimiento:
Delante, una estatua «al poder y belleza de nuestra juventud» (sic), con un canon que a mí me recuerda la escultura nazi y fascista, pero es de antes (no mucho antes), de 1921. De todos modos, mal rollo:
Mal rollo, mal rollo...
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