Ahora que vuelvo a ser pobre, sin imágenes de Viena de las que tirar, me tengo que agarrar a lo que tengo, por ejemplo a la podadura expresionista del sauce llorón de camino al Auditorio. Antes, remojaba sus lánguidas ramas en el agua, ahora debe de llorar de vergüenza, el pobre, todo corito, todo muñones:
Me recuerda a eso del cipres de Silos que ahora me parece tan ridículo, lo de «que acongojas el cielo con tu lanza», pero en más chusco todavía.
No sé si es que me he contagiado del sauce, pero no da un poco de pena haber dejado el diseño anterior, tan claro.
ResponderEliminarA mí también me da pena. Vi en Blogger que había plantillas nuevas y miré un poco y probé una y resultó que no había vuelta atrás. A ver cómo lo arreglo un día de estos.
EliminarMe he puesto a toquitear y no acabo de salir con bien
ResponderEliminarNo está tan mal. Si se ajusta un poco el tamaño de la foto. Y quizás no hay necesidad de que esté gris la primer entrada sino todas igual. Pienso.
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