Ayer me dejé muchas cosas por comentar sobre Seré duda, por ejemplo el relato descacharrante de la vista al MUSAC de León o el del delirante Fernando Arrabal embadurnando un ejemplar de una traducción de una Historia de la literatura latina de un benemérito alemán como forma chusca de firmar al final de una comida en un pueblo manchego.
Pero lo que quería recoger aquí es algo que dice de pasada (152-3) y que sería una propuesta excelente. Que el Reina Sofía venda un Rothko o un Twombly y con ese dinero podríamos hacer (Santiago de Compostela sería un buen sitio: venderíamos toda la colección del CGAC también para contribuir) una selección bien apañada de pintura, empezando por Álvarez de Sotomayor (el relato empieza cuando AT se encuentra un montón de tarjetas de visita suyas en el Rastro) y con los siguientes pintores:
Obras asequibles de precio de Rosales, Sorolla, Beruete, Regoyos, Solana o Nonell.
Y también Ricardo Baroja, Eduardo Vicente, Bonafé y Gaya.
Y de los de ahora: Carmen Laffón, Julio López, Grau Santos, Pedro Serna.
O entre los más jóvenes: Alix, Galano, Pagola, Damián Flores.
Me parece de perlas. Yo no tengo necesidad de hacer rezos en altares del nihilismo, ante "imágenes" de Rothko (ni siquiera en la «capilla» de Dallas) ni desquiciarme ante Twombly. Y me vería muy a gusto teniendo, por ejemplo en Santiago, un Museo así, para visitarlo las tardes de domingo lluviosas.
Pero lo que quería recoger aquí es algo que dice de pasada (152-3) y que sería una propuesta excelente. Que el Reina Sofía venda un Rothko o un Twombly y con ese dinero podríamos hacer (Santiago de Compostela sería un buen sitio: venderíamos toda la colección del CGAC también para contribuir) una selección bien apañada de pintura, empezando por Álvarez de Sotomayor (el relato empieza cuando AT se encuentra un montón de tarjetas de visita suyas en el Rastro) y con los siguientes pintores:
Obras asequibles de precio de Rosales, Sorolla, Beruete, Regoyos, Solana o Nonell.
Y también Ricardo Baroja, Eduardo Vicente, Bonafé y Gaya.
Y de los de ahora: Carmen Laffón, Julio López, Grau Santos, Pedro Serna.
O entre los más jóvenes: Alix, Galano, Pagola, Damián Flores.
Me parece de perlas. Yo no tengo necesidad de hacer rezos en altares del nihilismo, ante "imágenes" de Rothko (ni siquiera en la «capilla» de Dallas) ni desquiciarme ante Twombly. Y me vería muy a gusto teniendo, por ejemplo en Santiago, un Museo así, para visitarlo las tardes de domingo lluviosas.
Admirando un Gaya una tarde de lluvia en Compostela... ¿se puede ser más casposo? en vez de levitar profundizando en los garabatos de Twombly en la "Teit".
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