Antíloco devuelve a Menelao una yegua preñada que Aquiles había dado como premio de la carrera de carros (Il. 23.596-600 - traducción de Emilio Crespo):
Ἦ ῥα καὶ ἵππον ἄγων μεγαθύμου Νέστορος υἱὸς
ἐν χείρεσσι τίθει Μενελάου· τοῖο δὲ θυμὸς
ἰάνθη ὡς εἴ τε περὶ σταχύεσσιν ἐέρση
ληΐου ἀλδήσκοντος, ὅτε φρίσσουσιν ἄρουραι·
ὣς ἄρα σοὶ Μενέλαε μετὰ φρεσὶ θυμὸς ἰάνθη
Dijo, y trayendo la yegua, el hijo del magnánimo Néstor
se la entregó en sus manos a Menelao. Y a éste el ánimo
se le reconfortó, como el rocío alrededor de las espigas
al medrar la mies en la época en que se erizan los labrantíos.
Así a ti, Menelao, el ánimo se te reconfortó en las mientes.
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