En Lepanto la juventud dorada de la República

Un amigo recomendaba hace poco un programa de Documentos RNE sobre Manuel García Morente.
Lo escuché y os lo recomiendo vivamente (ayer oí otro programa sobre Alfredo Kraus, muy bueno también).

A raíz de eso cogí las Obras completas y estuve leyendo las cartas y también un textos de sus hijas de recuerdo. Ahí citan a Guillermo Díaz Plaja*, que cuenta esto del mítico crucero que organizó la Facultad de Filosofía y Letras de la Complutense en 1933, con García Morente de decano:

Una noche, ya mediada nuestra navegación, nuestro navío había acabado de franquear el estrecho de Corinto. Navegábamos, pues, por el Golfo de Lepanto. Por la noche, al terminar la cena… Don Manuel García Morente con la palabra sabia que siempre le caracterizaba, nos recordó el lugar de nuestra singladura y nos convocó para que… subiéramos todos al puente de mando… Veíamos al viejo [bueno, tenía 48 años] profesor enhiesto y silencioso, llevando en la mano su salacot de excursionista… el silencio por un momento se impuso al rumor del oleaje. Don Manuel parecía crecer en la penumbra y de pronto se oyó enérgico y a la vez tembloroso, este grito repetido: ¡España, España, España!
Y volviendo a su voz natural le oímos decir sencillamente: Esto ha terminado. ¡Bajemos!

Me imagino que si yo fuese en un crucero ahora con alumnos y dijese, con un salacot en la mano: «¡España, España, España!», las risas se oirían en Constantinopla y me quedaría fama de facha para siempre.
Pero el episodio a mí me parece muy bonito: lo mejor de la juventud española recordando en Lepanto la batalla en el que España contribuyó a salvar la civilización de Occidente. Pero esto era antes de la Guerra Civil, que ha dejado heridas tan irremediables.


*«García Morente, nuestro padre» en Manuel García Morente. Obras Completas, ed. de Juan Miguel Palacios y Rogelio Rovira, Madrid, II.2, 584 (la cita de Guillermo Díaz Plaja es Entre la vida y los libros, 74).