Nos ha llevado no sé si tres o cuatro años, pero en los viajes al área de Arousa Norte, entre otros libros más de actualidad que íbamos probando (ahora estamos divididos con Dora Bruder de Modiano: a Mario le gusta, a mí me está pareciendo un timo) teníamos uno que no fallaba: Por el camino de Swann, el primer volumen de la obra de Proust.
Ha resultado ser el mejor libro para escuchar, desde mi punto de vista de oyente conductor: ese modo moroso de contar resulta especialmente agradable de seguir en una audición; no solo eso, aunque pasasen semanas de intervalo, era fácil volver al argumento. Diréis: es que es un argumento mínimo. Bueno: más a mi favor.
Me ha impresionado un montón la capacidad descriptiva de Proust, su estilo admirable, su finura de artista total, la increíble disección que hace de sentimientos, percepciones y sensaciones.
Y ahora tengo en mi memoria a Swann, a la dudosa Odette, al adolescente hipersensible narrador, las playas de Balbec, los caminos de las afueras de Combray.
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